Cuentos: ¿De quién es el sirviente?
Sucedió una vez que Mulá Nasrudín fue invitado a cenar con el rey. Cuando llegó la invitación, los amigos de Nasrudín se sorprendieron. “¿Por qué el rey te da tal honor?”, Preguntaron. “Sin duda porque ha oído hablar de mi servicio fiel”, respondió Nasrudín, y antes de que pudieran preguntar: “¿Qué servicio es ese?” Nasrudín se apresuró a prepararse para la noche.
En la cena, se sirvieron muchos platos, y Nasrudín tuvo cuidado de probar todo. Entonces, el rey le preguntó: “¿Cómo está el cordero pilaf?”
“Excelente, Su Majestad”, dijo Nasrudín. “De la mejor calidad.”
Al oír esto, el rey tomó algo del pilaf, lo probó y luego hizo una mueca. “El pilaf está terrible”, dijo. “La carne está dura, el arroz no está bien y las especias son malas”.
“Justo lo que estaba pensando, Majestad”, estuvo de acuerdo el Mulá. “Muy malo”
“¿Muy malo?” Dijo el rey. “¡Pero acabas de decir que estaba muy bueno!”
“Majestad”, dijo Nasrudín solemnemente, “Soy el sirviente del rey, no el sirviente del pilaf.”
Traducido al español por Arifa Margarita Rosa Jauregui