¿Qué podemos ofrecer ahora?
“¿Hay alguna oración que podamos ofrecer a las personas durante esta epidemia?” La pregunta surgió de una conversación telefónica entre amigos que habían estado sin contactarse durante mucho tiempo. Ahora, retenidos en casa por la cuarentena, y con el mundo al revés a su alrededor, habían hablado y compartido sus preocupaciones.
Y uno, un estudiante del camino sufi se preguntó si podría haber algún apoyo espiritual para pasar al otro.
El verdadero devoto, que ve al Uno en todos los nombres y formas, siempre está ansioso por ayudar a los demás, pero en nuestra era actual, se requiere cierto grado de tacto y discreción. Como Hazrat Inayat Khan a menudo afirma, incluyendo esta publicación, el mundo ha perdido en gran medida la sabiduría y el consuelo de la religión, y cualquier cosa que parezca muy devocional corre el riesgo del rechazo automático. Al mismo tiempo, sin embargo, existe un anhelo por algo más elevado y más refinado, y una creencia, a menudo no claramente formada, de que debe haber más vida de la que vemos. Naturalmente, cuando nos enfrentamos a algo tan peligroso como esta epidemia, buscamos lo espiritual, incluso si no lo llamamos así.
Hazrat Inayat dijo que nuestro enfoque debería ser como dar comida a las aves silvestres. Los pájaros quieren las migajas que tenemos, pero son cautelosos. Tenemos que dispersar lo que podamos, y luego retirarnos, para permitirles tomar lo que ellas elijan. Para aquellos que no están en el camino sufi, nuestras oraciones principales, Saum, Salat y Khatum, rara vez son apropiadas, aunque alguien con una creencia sincera ciertamente puede sentir su belleza. (La madre de un murid estaba feliz de recitar regularmente Khatum en su círculo de oración católica). Además, las palabras en otro idioma, como los wazifas, tienen más probabilidades de crear distancia que cercanía. Sin embargo, hay muchas frases inspiradoras en inglés que Hazrat Inayat brindó a estudiantes individualmente, y a continuación hay varias de estas que podrían ser útiles para nuestros amigos y parientes. Como sugerencia, podrían recitarse, digamos, 11 veces, con una vela encendida cerca. Y siempre es mejor practicar con ellas antes de ofrecerlas a otros.
Podemos estar felices si estas frases estimulan más conversaciones sobre el tema de lo espiritual, pero como las migas de pan para las aves, tenemos que ofrecerlas libremente y sin expectativas en cuanto a los resultados.
Mi cuerpo, corazón y alma
Los dejo bajo Tu protección divina.
* * *
Ayúdame, Señor, a superar todas las dificultades.
* * *
Libérame, Dios, de todas las dificultades, y purifica mi alma.
Traducido al español por Arifa Margarita Rosa Jáuregui