¿Qué hacer con Nasrudín?
En beneficio de una buena nutrición y una dieta balanceada, el blog Inner Call ofrece una variedad de publicaciones: primero y antes que nada, textos de Hazrat Inayat Khan, pero también de otras fuentes espirituales; cartas ocasionales a los murids, como esta; y por su puesto historias, porque los sabios de todas las tradiciones han entendido siempre que algunas verdades son más fáciles de ilustrar con un cuento atractivo que con una explicación elaborada.
Muchas de las historias publicadas son sobre Mulá Nasrudín, y estas usualmente nos hacen reír, y a veces–en un buen día–pensar. Recientemente, sin embargo, algunas de las historias han generado inquietud entre los lectores. El cuento en que el Mulá gana una victoria en la corte por sobornar al juez en nombre de su oponente es un ejemplo; otro es la publicación reciente en la que el Mulá cena con el rey y cambia su opinión casi a mitad de la frase para estar de acuerdo con su anfitrión. Estos comportamientos del Mulá parecen tan básicos, tan poco nobles, que surge la pregunta: ¿qué se supone que hagamos con esto? ¿tiene algo que ver con la espiritualidad?
Por supuesto, como una figura, el Mulá no se supone que sea un modelo a seguir. Está lejos de ser un santo, y en todo caso muy pocas veces demuestra la compasión y ternura de ese camino; está, si acaso, en el camino de la maestría, porque siempre está lidiando con las contrariedades de la vida–como se observan en la naturaleza humana, con circunstancias difíciles y con varios burros cabeza dura. Y, aunque muestre rastros de comprensión y sabiduría, no es un sabio, sin importar lo que diga a sus estudiantes. Talvez pueda ser comparado al tío excéntrico que la mayoría de las familias grandes parece tener, aquel que usualmente está fuera de lugar pero no siempre equivocado. Tal tío, como el Mulá, generalmente puede ayudarnos a soltar nuestras preconcepciones y ver la vida de forma diferente.
Talvez el mayor valor de Nasrudín y sus aventuras, además de la risa que nos dan que no es poco beneficio, sea que sostiene un espejo de la naturaleza humana en el que, si somos honestos, podemos ver rastros de nosotros mismos. De hecho, ese es el punto, o un aspecto de este, en el cuento sobre el hombre simple y el espejo.
Por eso, ante la pregunta, ¿Qué debemos hacer con el Mulá? La respuesta podría ser, haz de él lo que puedas. Pero ten cuidado–si su comportamiento te hace sentir incómodo, podría ser porque su espejo te muestra algo que no estabas preparado a ver.
Traducido por Darafshan Daniela Anda