Hazrat Inayat: El Despertar del Alma

En abril de 1926, durante su último viaje largo a América, Hazrat Inayat Khan habló por primera vez en Denver acerca del despertar del alma. En la primera parte de su charla, enumera un sorprendente número de formas en las que nuestros esfuerzos por despertar van por mal camino. Puesto que la conferencia es extensa, será presentada en varias entregas.

Amados de Dios,

Es un gran placer y privilegio dirigirme por primera vez a los ciudadanos de Denver. Hablaré esta velada sobre el tema del despertar del alma.

Hay la costumbre en Oriente de que una persona que está profundamente dormida no debe ser despertada. Lo llaman un pecado. Es algo simbólico. Espiritualmente puede entenderse como que una persona que aún no tiene la inclinación de despertar, no debe despertar. Y los místicos y sabios despiertan a una persona cuando está cambiando de uno a otro lado, cuando muestra una inclinación a despertar. Entonces, le dan la mano para levantarse.

Muy a menudo las personas con inclinación espiritual sienten que quieren que su esposo o esposa o amigo, aquellos que más les importan, despierten. Y muy a menudo cometen un grave error al hacerlo. Porque la persona que no ha tenido su descanso, cuando es despertada, se siente irritada, indispuesta, desequilibrada en todo sentido.

Hay una historia que se cuenta en Oriente que un día una esposa preparó un gran banquete. Y cuando el esposo llegó a casa preguntó, “Mi querida esposa, ¿para qué es el banquete? ¿Acaso viene algún amigo?” Ella dijo, “Es más que eso, porque estoy muy contenta.” Él dijo, “¿De qué se trata?” Ella dijo, “Hasta ahora había pensado que no tenías ninguna creencia, esposo mío, y con todas las cosas buenas que tienes pensaba que había algo que hacía mucha falta. Ahora he descubierto que crees en Dios.” Él dijo, “¿Cómo lo descubriste?” Ella dijo, “Mientras dormías dijiste el nombre de Dios” “¿Lo dije?” dijo él, “¡Ay de mí! Se ha roto el secreto.” Lanzó un profundo suspiro y murió. Para él, el nombre de Dios era demasiado sagrado para pronunciarlo. Para él, una ceremonia religiosa externa iba en contra de su disposición, y aun así el nombre de Dios estaba enraizado profundamente en su corazón. La esposa no había siquiera alcanzado el estado para poder comprenderlo. Cuando él vio que el mayor secreto que siempre había guardado se había descubierto, no quiso vivir más, porque era el mayor secreto en su vida. Por eso, amigos, no sabemos quién está despierto y quién no. Muy frecuentemente tratamos de ver si el otro está despierto antes de darnos cuenta si nosotros mismos hemos despertado o no.

Ahora, sobre la pregunta de cómo este despertar puede explicarse. Desde la infancia, se despierta la niñez, y desde la niñez, la juventud se despierta. Un bebé no piensa en qué es la juventud. Es un despertar a una cierta conciencia del ser y de la vida. El despertar del alma, entonces, es un despertar a una cierta conciencia. Muy a menudo las personas malinterpretan la palabra espiritual. A veces, dicen que ser espiritual significa ser bueno. Pero hay muchas personas que son muy buenas pero que sin embargo no conocen el verdadero significado de la bondad. Por eso, bondad no significa espiritualidad.

Después, podríamos decir, “¿Es la espiritualidad ortodoxia?” ¡Para nada! Hay muchos en iglesias y templos que quizás rezan todo el día. ¿Creen que son espirituales? No quiero decir que no sean espirituales, quiero decir, ¿son siempre espirituales? ¿acaso la ortodoxia o ceremonia hacen a una persona espiritual? No tiene nada que ver con eso. ¿O tiene acaso que ver con hablar mucho sobre la espiritualidad? Muchos hablan sobre la metafísica, usan palabras esotéricas en su lenguaje. Están lejos de ser espirituales. Es intelectualidad. Espiritualidad significa ser consciente del espíritu. La persona cuya alma ha despertado a su propio ser, esa persona es espiritual.

Además, hay ocasiones en nuestras vidas en las que, debido a una enfermedad o una gran decepción, después de recibir un fuerte golpe, de un corazón roto, surge cierto despertar. ¿Qué es lo que cambia en una persona? Su forma de ver la vida. Camina sobre la misma tierra, vive bajo el mismo sol, pero el mundo es diferente para él, el valor de las cosas cambia en su vida, comienza a ver desde un punto de vista diferente. Las cosas a las que ha dado mucha importancia se vuelven menos importantes. Y al mismo tiempo, las cosas por las que no se preocupaba se vuelven más valiosas; las cosas en las que antes no pensaba comienzan a parecerle preciosas. Es decir, el valor cambia.

La primera etapa del despertar espiritual es el apetito por conocer algo diferente a lo que podemos conocer a través del aprendizaje. Aquel que aprende se llama ilustrado, pero ser ilustrado no es ser espiritual. Llega un momento en el que una persona ha aprendido suficiente. Y entonces viene el deseo por otro conocimiento que es diferente al conocimiento que se aprende. Es por eso que, el aprendizaje de libros nunca ha hecho al hombre espiritual. Sin duda, esta es una era de libros. Puesto que hay tantas imprentas, hay tantos libros que se publican. Y en esta era del libro a menudo las personas se quedan detrás del progreso porque leen demasiado. Justo ahora en los Estados Unidos las personas dicen que hay un anhelo por la verdad, un gran anhelo de espiritualidad. No tengo duda de ello. Admito este hecho. Sí, hay. Pero digo que no puede ser de otra manera. Ha habido tanto materialismo y, sobre todo, mercantilismo, que el instinto natural por conocer la verdad se rebela contra esto. Y toda alma, de una forma u otra, está esperando encontrar algo de verdad espiritual. Pero la única dificultad es, como dice Bernard Shaw, que en América existe una conciencia no entrenada para el entendimiento espiritual. Se observan muchas tendencias. Hay una tendencia a aprender de los libros, y uno lee un libro oculto, otro un libro esotérico, y un pensamiento más elevado, y todo tipo de pensamientos, un pensamiento antiguo y un pensamiento avanzado. Y después de haber leído cincuenta libros o cien libros, no saben dónde están. Un libro quizás difiere de otro. No saben cuál está bien y cuál está mal. Esa es la mayor dificultad. En el Oriente no hay que enfrentar esa dificultad; por eso es más fácil, porque no hay ese amor por la variedad de pensamientos. Una persona toma una línea y se mantiene recto en ella hasta alcanzar un beneficio. Pero aquí una persona va a un grupo y después a otro grupo y después a un tercer grupo hasta que queda muy insatisfecho. Y al final, después de haber estado en cincuenta grupos, regresa a su trabajo y dice, “da lo mismo trabajar de forma material y abandonar todos los grupos.” Y un tercer hombre piensa, “Quisiera comunicarme con los espíritus para encontrar si hay algo.” O busca un fenómeno para ver si en esa dirección hay algo. Existe aún un cuarto tipo de persona que se llama a sí mismo intelectual; le preocupan las teorías. Si hay algo que no encaja con sus ideas, no cree en ello. Esta búsqueda hace a una persona dispersa en diferentes direcciones y no encuentra la manera de alcanzar la perfección.

En realidad, todos los grandes maestros como Jesucristo, Krishna, Buda, Moisés, Mahoma, todo lo que han enseñado a la humanidad, todo conduce a una mayor evolución. Si pudiéramos entender el profundo significado de la espiritualidad, entonces todas estas diferentes religiones revelarían la verdad. Pero dado que no se llega a la profundidad de la espiritualidad, uno se mantiene atado a una creencia u otra y se vuelve fanático o incrédulo. Si no cree en su propia fe, está todavía más lejos.

Continuará….

Traducido por Darafshan Daniela Anda