Inner Call Podcast #105 Sobre el pensamiento de Dios –(original en inglés publicado en Marzo 22 2021)
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El recuerdo de Hazrat Inayat Khan de un momento con un Pir-hermano de su propio maestro es conmovedor en muchos niveles. Mirar a un místico desde los ojos de otro místico es ya un valioso conocimiento, similar tal vez a la enseñanza sin palabras que podemos recibir al escuchar una interpretación musical en presencia de un gran músico.
Y después, podemos considerar el meollo de la anécdota, el consejo que el místico da al buscador. De seguro podemos sentir simpatía por la pregunta, ya que ¿quién no ha tenido la experiencia de que su mente sea llevada de un lado para el otro por pensamientos mundanos cuando estamos intentando meditar? Pero en lugar de decirnos cómo limpiar la mente y dedicar un poco de tiempo únicamente a la Divinidad, el místico hábilmente da la vuelta a la pregunta y le dice al buscador que no limite a Dios sólo a unos pocos momentos en el día, como si fuera una transacción de negocios, pero que mire a todos los pensamientos como pensamientos de Dios.
Tal vez esta parezca una solución fácil, una forma de deshacernos de toda la responsabilidad de nuestros pensamientos – podríamos decirnos que cualquier cosa que llegue a la mente es un pensamiento de Dios, podemos decirnos, ¿entonces dónde está el problema? Pero ¿qué pasaría si hacemos el esfuerzo de poner en práctica este consejo?
Significa, en primer lugar, mirar con mucha más atención a nuestros pensamientos. Si cada uno de ellos, es un pensamiento de Dios, entonces un buscador sincero quisiera estar presente, atendiendo a cada uno como un invitado de honor, mostrándoles respeto o incluso reverencia. Y para algunas categorías de pensamiento esto no es difícil. Cuando admiramos la sonrisa de un niño o un hermoso amanecer, por ejemplo, es fácil encontrar lo Divino en esos pensamientos. Pero ¿qué pasa con pensamientos menos cautivadores? Piensen, por ejemplo, en el ajuste mental del tiempo cuando modificamos nuestro horario diario a lo inesperado – ‘…perdí el autobús, el siguiente sale a las… …debo intentar postergar esa reunión…’ y así sucesivamente. Dichos pensamientos por lo general ocurren en la antesala, quizás mientras esquivamos el tráfico; se requiere un esfuerzo para traerlos frente a nosotros y un esfuerzo aún más grande para reconocer lo divino en ellos. Hacer esto de manera exitosa significa mirar nuestra vida de una forma diferente.
Pero también hay pensamientos que no son ni prácticos ni hermosos. Comentarios negativos, ira, rencor, codicia, egoísmo y todo el resto de estos. Si tomamos en serio el consejo del místico, entonces tenemos que ver directamente esos pensamientos, reconocerlos, y después preguntarnos si estos pensamientos dejan algún espacio para lo Divino. Si no es así, entonces al sentirnos incómodos y avergonzados inevitablemente comenzaremos a cambiar nuestra forma de pensar, un cambio al que Hazrat Inayat Khan se refiere en este dicho del Vadan Gamakas: ¿Cómo me elevé por sobre la estrechez? Los bordes de mis propios muros comenzaron a herir mis codos.
Traducido por Darafshan Daniela Anda