Todos juntos
Este artículo fue publicado originalmente el 23 de septiembre.
Hoy el mundo experimenta un fenómeno astronómico – la línea del ecuador se alineará con el sol en lo que llamamos equinoccio. Desde el inicio de la consciencia de la humanidad, los eventos de la naturaleza han señalado el camino hacia la comprensión espiritual, y nuestra actual falta de contacto con la vida natural esta indudablemente conectada con la lamentable pobreza espiritual por la que hoy atravesamos. En el Vadan, Alankaras, encontramos, La naturaleza es un puente para cruzar a tu morada, pero en este momento el puente parece estar en peligro de colapsar. En el Gayan, Boulas, también encontramos esto: el amante de la naturaleza es el verdadero adorador de Dios. Y, aun así, aunque observamos románticamente la naturaleza, principalmente en Instagram, no es claro que la amemos de verdad, porque el amor significa voluntad de sacrificio. Si fuéramos verdaderos amantes de la naturaleza, nosotros y el mundo muy seguramente nos encontraríamos en una condición bastante diferente.
Hay dos equinoccios a lo largo del año, asociados (por las culturas del hemisferio norte) a la primavera y el otoño, porque son puertas a través de las que pasamos mientras nos movemos hacia la luz del verano o la oscuridad del invierno. Mientras más alejados vivimos de la línea del ecuador, más grande se hace este cambio; los días del invierno pueden ser muchas horas mas cortos que los del verano, y si nos vamos lo suficiente hacia el polo, la oscuridad de la noche puede durar semanas o meses. Sin lugar a duda estos ritmos pueden enseñarnos mucho sobre la vida interior, si estamos abiertos a ellos, y no es de sorprender que muchas de nuestras más antiguas estructuras combinaran lo sagrado y lo astronómico.
Hay, sin embargo, un aspecto del equinoccio que a veces es pasado por alto, y es que, en este día, el día y la noche son iguales a lo largo de todo el mundo. En cualquier lugar donde vivamos, en el norte, el sur o en el medio, hoy estamos todos juntos experimentando el balance de la luz y la oscuridad. Si estamos buscando cruzar el puente de la naturaleza hacia la casa del Amado, podríamos tomar este momento como un breve recordatorio astronómico, de que ya somos, en las palabras de la oración “una sola hermandad en la paternidad de Dios”.
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel