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Podcast Inner Call # 120: ¿Hacia dónde mirar?
Si duda alguna, justo ahora el mundo atraviesa tiempos problemáticos. Lo que parece particularmente complicado es la acumulación de un problema sobre otro. Para ponerlo en términos físicos, no solo es que estamos siendo lanzados hacia arriba y hacia abajo, sino que al mismo tiempo somos sacudidos de lado a lado y atropellados una y otra vez. Este tipo de movimiento complejo puede estar bien si quieres diseñar un paseo de la aventura en un parque de diversiones, pero esto solo durará algunos minutos. Las perturbaciones combinadas que afronta el mundo justo ahora -enfermedad, conflicto armado, hambruna, crisis ambiental, incertidumbre económica, inequidad social, y lo demás- no muestran signos de acabar en algún momento.
Lo que puede ayudarnos, sin embargo, es el consejo de un marinero anónimo, cuya recomendación pasó a nosotros gracias a Hazrat Inayat Khan (si quieres leer la anécdota, esta fue publicada en Inner Call de noviembre 27 de 2018, y la traducción está aquí). Hazrat Inayat le preguntó al marinero si había algún remedio para el mareo y él le respondió que la única ayuda estaba en ver hacia el horizonte. El Maestro dijo que ese profundo consejo fue de gran ayuda y además reconoció una semilla espiritual en la sabiduría del marinero.
Podemos comprender que, en un sentido físico, apuntar los ojos a un horizonte estable puede ayudar a atenuar los gritos de confusión y alarma que provienen de los órganos del equilibrio. En sentido metafísico, la firmeza de nuestro ideal puede ayudar a elevarnos por encima de los cambios y de los golpes de la vida diaria. Si fijamos nuestra atención en el Infinito, los bandazos y sacudidas de lo limitado se vuelven mucho menos importantes. Esto no quita los problemas, en absoluto, pero ayuda a mantenerlos en perspectiva.
Para practicar este consejo, sin embargo, necesitamos tener un ideal. Hazrat Inayat Kahn usó la palabra ‘Dios’, ¿pero despierta esa palabra algún sentimiento en nosotros? ¿Podemos decir con alguna claridad cuál sería nuestro ideal? Un Sufí dijo, “El Dios de uno es aquel en quien uno piensa cuando de golpe se encuentra confrontado por un problema”. Si aplicamos esto como una herramienta de diagnóstico, podemos aprender un montón sobre nosotros mismos.
Un horizonte, como un ideal, es el límite de nuestra visión; nos rodea, pero sin importar cuán lejos viajemos, se mantiene delante de nosotros. Esto no es porque el horizonte se nos escape, sino porque es inherente a nosotros.
Entonces, si estás en problemas, y con dudas sobre cuál puede ser tu ideal, busca profundo dentro de ti tu propio horizonte, y este te ayudará en esos momentos.
Traducido por Vadan Juan Camilo Betancur Gómez