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Evitando juzgar Inner Call Podcast #140
Para muchas personas, las anécdotas de la vida de Hazrat Inayat Khan son como fotos preciosas que se guardan en una caja en el desván, que hay que estudiar con gran atención, mientras recogemos de ellas cada fragmento de información que podamos. El artículo publicado en el Inner Call como “¿Son todos los profetas iguales?” es un vivo ejemplo.
Una señora había venido a ver a Pir-o-Murshid Inayat, con la intención aparente de enfrentarlo por un principio. Nos la podemos imaginar, quizá con un sombrero con lazo y plumas, avanzando como un bulldog. No se identifica a la dama y, por la forma en que se cuenta la historia, parece probable que no fuera una mureed. Su forma de hablar sugiere que podría ser inglesa, pero sea cual fuere su origen, tenía una fuerte creencia, que consideraba la religión como un juego de suma cero. En otras palabras, si una fe gana, otra debe perder; para que una religión sea correcta, todas las demás deben ser falsas.
La respuesta de Pir-o-Murshid a su confrontación es humilde y de una gracia impresionante, utilizando las palabras del propio Salvador de la dama, Jesús, para excusarse de juzgar a un maestro como superior a otro. Y quizás, al leer sus palabras, nos detengamos y pensemos: “Sí, ¿quién soy yo para juzgar a un profeta, o a un maestro o a una fe?”.
Hay una diferencia, que a menudo pasamos por alto, entre la percepción y el juicio. La percepción se refiere a nuestra experiencia, mientras que el juicio se basa en la comparación. Podemos decir sin temor a equivocarnos: “Esta enseñanza me inspira mucho”, o “encuentro mucha luz en esas palabras”, pero para juzgar, debemos estar seguros de que conocemos todo lo que queremos comparar. En el mundo material, donde es posible pesar, medir y calcular, podemos decir con certeza que una lámpara es más brillante que otra, o que esta cesta llevará más que aquella, pero cuando se trata de juzgar a las personas -de cualquier tipo- lo que somos capaces de percibir es sólo una pequeña parte de lo que hay bajo la superficie. En cuanto a las almas iluminadas, juzgar a una como superior a otra significa pretender estar por encima de ambas, para sopesar el valor de cada una. Es, por decirlo suavemente, una actitud presuntuosa que demuestra ignorancia más que superioridad.
Podemos preguntarnos si la perla de sabiduría que Pir-o-Murshid Inayat ofreció a la dama tuvo algún efecto en su vida. Las consecuencias no están registradas, pero podemos esperar que ella se haya ido con una comprensión más amplia.
Si también deseamos beneficiarnos de esta perla, podríamos intentar, sólo por un día, evitar juzgar a quienes nos rodean, independientemente de cómo percibamos su comportamiento.
Traducido por Inam Anda