Being born (Spanish version)

Nacer 

“El alma es eterna – así nos han enseñado, y así lo creo. ¿Qué quiere decir Hazrat Inayat Khan con “el nacimiento del alma”?” 

La discusión giró en torno a este dicho de los Nirtan Suras: 
No hay una razón 
Por la que el hombre debiera conocer a Dios porque ha nacido en la tierra; 
es sólo el nacimiento de su alma 
que le da el derecho a ese conocimiento. 

Para darle sentido a esto, necesitamos considerar lo que realmente significa “nacimiento”. En términos físicos, tradicionalmente consideramos el comienzo de la vida como el momento en el que un bebé es traído al mundo, del cuerpo de la madre, pero por supuesto esto no es realmente el comienzo de la vida. La vida es omnipresente y todo-penetrante, más viva quizás en el vacío ilimitado del espacio, y por lo tanto no comienza o cesa de ninguna manera que podamos entender; sólo son las formas las que aparecen y parten, dando expresión a la vida pero no idéntica a ella, no definiéndola ni limitándola. Sin embargo, para nuestra propia conveniencia, decimos que en el mundo físico una persona nace cuando se hace visible, o se presenta. 

Lo mismo puede decirse del alma. En el entendimiento Sufi, el alma es la Luz Divina que anima el cuerpo, y por lo tanto, lógicamente, siempre está presente, pero no se vislumbra para la mayor parte del mundo; el alma es un concepto, pero aún no es una realidad. Cuando tenemos el privilegio de descubrir nuestra propia herencia divina, el alma se convierte en una realidad presente, y podríamos decir que ha “nacido”. Ciertamente es un momento tan alegre como la llegada de un bebé. 

Esto, por cierto, aclara otra frase que puede desconcertar a algunos. En la oración Saum le pedimos a Dios que “ilumine nuestras almas con Luz Divina”. Puede parecer una petición extraña, ya que el alma – se nos dice – es la luz misma, pero significa que esperamos ver esa luz revelada a nosotros, no como una construcción mental, sino como la Verdad. 

Y, como implica el dicho del Nirtan, el nacimiento del alma no es el paso final. Despertar a la luz de nuestra alma es un importante paso adelante, pero está pendiente, aún más, el conocimiento, la experiencia – más allá de todos los nombres y formas – de la Unidad, la Fuente y la Meta de Todo. 

Traducido al español por Arifa Margarita Rosa Jáuregui 

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