Vislumbres: un poco de indiferencia en Londres
Hazrat Inayat Khan cuenta aquí algo que ocurrió cuando vivía y trabajaba en Londres. Esto fue durante la primera Guerra Mundial, y transcurría un tiempo muy difícil para el Maestro y su familia. La nación estaba intoxicada con belicoso patriotismo, y los delicados tonos del Mensaje a menudo se tomaban como una inaceptable llamada al pacifismo. Al mismo tiempo, la situación política en India tenía un efecto: lo que los británicos llamaron el “Motín Indio” de 1857 estaba aún vívido en la memoria, mientras el deseo Indio de independencia seguía insatisfecho. Como resultado, las autoridades británicas tendían a ver a Inayat Khan, una celebridad magnética, como un potencialmente peligroso organizador de su gente, mientras que los expatriados de India miraban su posición no-política con desilusión. Adicionalmente, había musulmanes ortodoxos que sentían que sus enseñanzas del Sufismo estaban muy lejos de su religión. Para añadir a las dificultades, y quizá como una consecuencia de estas variadas corrientes, la familia estaba desesperadamente pobre.
Característicamente, sin embargo, Hazrat Inayat no nombra al grupo que se oponía a su trabajo; de hecho, hacerlo habría destruido la indiferencia que quería mostrar.
Había un pequeño grupo en Londres que estaba trabajando líneas espirituales. Sentían una especie de rivalidad contra mi pequeña sociedad, y empezaron a tratar de hacernos daño contando historias y poniendo a otros en contra nuestra. Mis asistentes vinieron a decirme cómo estábamos siendo perjudicados de esta forma y preguntaron si debían hacer algo para detenerlo. Pero respondí, “La mejor manera de tratar esto es con indiferencia. Hagan caso omiso”.
Y cuando insistieron que estos actos nos harían gran daño dije, “De ninguna manera. El único daño que podría darse es si permitíamos que ese daño entrara en nuestro círculo. Déjenlos hacer lo que deseen y nosotros sigamos con lo que estamos haciendo”.
Conforme pasaron los años nunca nos escucharon decir una palabra contra ellos; al contrario, les acogíamos, les ayudábamos, les servíamos en cualquier forma en que podíamos. Con el tiempo, la resistencia se desvaneció completamente. Hemos seguido avanzando, y ellos aún están detenidos donde estaban. ¡Sólo un poco de indiferencia bastó!
Tr. Baasit Patricio Carrillo
Bella historia, trae luz, permite aclarar el profundo sentido de la palabra “indiferencia”, que en este texto significa Amor, Respeto, Perdón y no como generalmente se mal entiende; frialdad, apatía, que me importismo o indolencia frente al dolor, los males y problemas ajenos.
Gracias Maestro por compartirnos este y todos los textos de esta pagina.
Jelal