Vislumbres: Vive lo que enseña
Como secretario y frecuente compañero de viaje de Hazrat Inayat Khan, Sirkar van Stolk obtuvo valiosas percepciones sobre el Maestro, las cuales transmitió en su memoria, “Memorias de un Sabio Sufi”. Otras vislumbres recientemente publicadas de Sirkar están aquí, aquí y aquí.
Incluso los hombres más prácticos y críticos se impresionaban con Hazrat Inayat Khan, yo nunca olvidaré su reunión con mi propio padre. En mis años de juventud, mi padre esperaba que lo sucediera en el negocio familiar, pero luego de conocer al Murshid, le dije que eso ya no sería posible. Quería seguir un camino espiritual. Aunque se decepcionó profundamente, mi padre aceptó mi decisión con notable buena voluntad. Era natural, sin embargo, que quisiera conocer al hombre que había influenciado tan profundamente a su hijo; y fue en parte por esa razón que yo arreglé, a nuestro regreso de Alemania en 1924, que el Murshid pasara algunos días en nuestra casa en Holanda.
Mi padre no era para nada un místico, ni una persona religiosa en el sentido habitual de la palabra, pero era muy aficionado al estudio del hombre. Con frecuencia buscaba contacto con alguna autoridad en temas filosóficos y espirituales que pudiera tener algo valioso para comunicar; pero como él mismo tenía una mente brillante, no se impresionaba fácilmente con sus ideas. La primera noche de estancia del Murshid, mi Padre lo invitó a su estudio luego de la cena. Pasaron juntos allí un buen rato en intensa conversación mientras yo me fui a acostar. Empecé a leer; y estaba todavía leyendo horas después cuando se reabrió la puerta del estudio. Mi padre subió a mi cuarto y se sentó pausadamente en el borde de la cama.
“Hijo mío, hijo mío”, dijo, enfatizando las palabras con el compás del dedo índice, “este Maestro tuyo es la personalidad más grande que yo haya conocido. ¿Sabes por qué? Porque es el único que conozco que vive lo que enseña”.
Traducción al español; Hafiz Juan Manuel Angel