Vislumbres: El Poder del Agua
Un día, un visitante llegó para tener una entrevista con Pir-o-Murshid. Era un abogado, materialista y ateo, además se oponía fuertemente a todos los que no pertenecían a su nación, y alguien le había puesto en contra del trabajo de Murshid. Por lo tanto había empezado la conversación expresando su actitud con vigor.
Pero mientras obtuvo respuestas, parecía como si el fuego de la oposición se encontrara con agua, y mientras continuó con su disputa, él, en vez de calentarse, se enfrió. Había esperado escuchar del Murshid creencias espirituales que él hubiese podido contrargumentar y destrozarlas en pedazos, pero encontró que la creencia del Murshid no era tan diferente de lo que él creía.
No encontró ningún esfuerzo por parte de Murshid para imponer sus ideas a nadie. Vio en Murshid la tendencia a apreciar todo tipo de idea, porque en toda idea hay un lado bueno, y sintió que su tendencia era a ser más comprensivo que antagónico. Vio que no había nada que Murshid representara, solo creía que la verdad estaba en cada corazón, y que nadie más puede dársela a otro a menos que brotara del corazón de una persona como un manantial de agua de la montaña.
Se suavizó tanto en su tono y en sus modales, que después de una hora de conversación se fue como un hombre completamente diferente al que había venido. Estrechó la mano de Pir-o-Murshid y dijo “Siempre seremos amigos”, y Murshid pensó que no era un logro pequeño.
Traducido por Yaqín Anda
Murshid muchas gracias, cuanta enseñanza, ¿por qué será que hacemos más difícil, lo más sencillo?