Hazrat Inayat: Despertar parte VII
En las anteriores entregas, Hazrat Inayat Khan describió cinco niveles de conciencia. En esta publicación, esboza las etapas de la vida por las que pasa el alma en evolución. La publicación anterior de la serie puede encontrarse aquí.
La primera etapa en el despertar del alma es un sentimiento de insatisfacción con todo lo que sabemos, con todo el conocimiento que podemos tener, ya sea de ciencia, arte, filosofía o literatura. Una persona llega a una etapa en la que siente que hay algo más que debe saber, que los libros, los dogmas, y las creencias no pueden enseñar, algo más alto y más grande que las palabras no pueden explicar. Eso es lo que quiere saber. No depende de la edad. Podría ser un niño que tiene esa inclinación, o un hombre que puede haber alcanzado ya una edad considerable. Depende del alma. Por eso en el Oriente llaman a un niño un alma vieja cuando empieza a mostrar esa inclinación, cuando no está satisfecho con el conocimiento de los nombres y las formas.
Luego viene una segunda etapa, y esa etapa es el desconcierto. ¡Imagina que una persona evolucionada está más desconcertada que una no evolucionada! Y sin embargo es así, porque en esta etapa un hombre comienza a ver que las cosas no son como parecen ser sino como son. Esto causa una especie de conflicto; no sabe si llamar a una cosa buena o mala, amor u odio. Llega un momento en que todo lo que había aceptado en su mente, todo en lo que creía, ahora parece ser todo lo contrario de lo que parecía antes: sus amigos, sus parientes, aquellos a quienes amaba, todo, riqueza, posición, todas las cosas que ha perseguido, todo cambia su apariencia, y a veces parecen convertirse en todo lo contrario de lo que eran.
Una vez, en Chicago, una señora vino a verme, temblando, en un estado mental muy triste. Le pregunté qué le pasaba. Dijo que había tenido un accidente. La casa en la que vivía se había quemado, y había tenido que romper una ventana para poder salir. Se había lastimado la mano, y todo eso la había alterado mucho. Pero luego dijo, “No es el fuego lo que me ha molestado tanto”. Le pregunté: “¿Entonces qué?” Ella dijo, “La forma en que todos mis amigos y vecinos, a quienes amaba y quería, actuaron cuando el fuego comenzó, me ha impresionado tanto que el mundo entero es bastante diferente ahora”. ¿Qué significa esto? Que la amistad, la relación, el amor o la devoción pueden no ser los mismos que aparecieron cuando llegó el momento de la prueba. Llega un momento en que nuestra conciencia cambia nuestra perspectiva de la vida; y cambia tan pronto como nuestra alma ha abierto los ojos. Entonces toda nuestra vida cambia; vivimos en el mismo mundo y sin embargo no vivimos en él; se convierte en un mundo muy diferente.
Y la siguiente etapa, después de este desconcierto, es la etapa de la compasión. Comenzamos a apreciar más las cosas y a compadecernos más, porque hasta ahora, cuando caminábamos sobre espinas no las sentíamos. Pero en esta etapa empezamos a sentirlas, y al ver que otros caminan sobre las mismas espinas, olvidamos nuestro dolor y empezamos a compadecernos de ellos. Los evolucionados se vuelven compasivos; desarrollan una tendencia natural a la efusión. Problemas, sufrimientos y limitaciones, todos tenemos que pasar por ellos, todos tenemos que enfrentar las mismas dificultades. Y no sólo los buenos, los malvados tienen aún mayores dificultades. Viven en el mismo mundo con su maldad, tienen una gran carga que llevar. Si uno puede ver esto, uno se vuelve naturalmente indulgente y compasivo.
Y a medida que se avanza en el desarrollo del alma, se llega finalmente a la etapa de la revelación. La vida comienza a revelarse, y toda la vida se vuelve comunicativa. El alma evolucionada sentirá las vibraciones de todas las demás almas; y cada condición, cada alma, cada objeto del mundo le revelará su naturaleza y carácter.
Continuará…
Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J.