Hazrat Inayat: Capacidad pt I

Con esta publicación iniciamos una reflexión filosófica de Hazrat Inayat Khan sobre la relación
esencial entre la expresión y la capacidad. Los lectores pueden encontrar temas relacionados
en la seria Espíritu y Materia.

El secreto de toda la creación puede rastrearse hasta el entendimiento de lo que quiere decir
capacidad. La capacidad es, por así decirlo, el huevo de la creación: todo lo de esta
manifestación que conocemos, al igual que aquello que nos es desconocido, se forma en
alguna capacidad. El cielo es una capacidad. Capacidad es aquello que hace un vacío en el que
la acción de la existencia que todo lo compenetra puede producir una sustancia. Todas las
estrellas y los planetas que hemos descubierto y los que están aun por descubrir, ¿Qué son?
Son capacidades. ¿Y qué contienen? Cada uno contiene, de acuerdo con sus capacidades, lo
que sea que esa capacidad pueda preservar en su interior y dar a luz; es por eso que ningún
planeta se parece a otro y ninguna estrella se parece a otra.

Así como el océano es una capacidad, en la que todos los animales del agua nacen, viven y
mueren, también el aire es una capacidad en la que muchas creaturas viven, se mueven y
tienen su existencia. Y la tierra es una capacidad que concibe dentro de si las plantas, los
árboles, y todas las distintas rocas, metales y minerales que salen de ella. Además, todo, la
roca, el árbol, o una fruta o una flor, es una capacidad en la que se puede formar el perfume, o
un sabor. De este modo el ser vivo es una capacidad y el hombre es una capacidad terminada.

El nombre hindú para capacidad es akasha. Por lo general la gente piensa que akasha es cielo,
pero en realidad significa todo. Todo a su turno es una akasha, tal como toda sustancia es una
capacidad; y de acuerdo con esa capacidad produce lo que está destinado a producir.

Estudiando anatomía encontraremos que los órganos de los sentidos todos son capacidades
según su construcción; y cuando esa capacidad se obstruye, se daña o se enferma de alguna
manera, entonces el órgano del sentido no funciona adecuadamente. Los tubos y las venas son
capacidades para que la sangre circule por su interior, y cuando estas capacidades se detienen,
por muy fuerte que sea el cuerpo, la vida no puede circular y viene la congestión y la
enfermedad. Además, toda célula sanguínea es una capacidad. Si se mantiene abierta, la vida
viene a ella y la persona se siente saludable, pero cuando una célula sanguínea pierde su
capacidad la vida ya no funciona en ella y se desarrollan todo tipo de enfermedades. Lo mismo
ocurre con los poros de la piel: cada poro es una capacidad, y cuando por una u otra razón esta
capacidad se obstruye, entonces la vida no puede circular allí; se detiene y la enfermedad se
manifiesta. Los órganos digestivos, los pulmones, todos son capacidades que respiran vida y
funcionan según la vida que se respira, que se irradia a través de ellas y cuando no funcionan
adecuadamente, sobrevienen enfermedades y desordenes.

Además, existen los centros intuitivos en este cuerpo físico del hombre, siendo cada centro
una capacidad. Pocos conocen sobre ellos, y se obstruyen porque el hombre lleva una vida
muy material y por consiguiente las facultades intuitivas pierden agudeza. Todas las prácticas
místicas que son seguidas por los discípulos se dan con el fin de que esas capacidades se abran y activen, que sean puestas en orden para que a través de ellas el hombre pueda experimentar lo que está destinado a experimentar. Es la falta de aire y energía y magnetismo lo que bloquea estas capacidades y estos centros; y es esto lo que resta agudeza a las facultades
intuitivas. Y esto en sí mismo muestra que al pensar en algo producimos una capacidad, como
lo hacemos por medio de la acción, por medio del movimiento, y cuando el movimiento es
lerdo, cuando no es activo, entonces esta capacidad queda inactiva.

Continuará…

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel