Hazrat Inayat : Character Building pt VII (Spanish version)

Hazrat Inayat : La construcción del Carácter pt VII

Hazrat Inayat Khan habla ahora de la virtud de trabajar en silencio. La publicación anterior de la serie está aquí. 

La mejor manera de trabajar en todos los aspectos de la vida, en casa o fuera de ella, es el trabajo silencioso, algo en lo que muchos piensan muy poco y que es tan necesario para crear orden, armonía y paz en la vida. Muy a menudo una persona hace poco y habla mucho de ello. Al hacer cada pequeña cosa hace ruido, y así muy a menudo, en lugar de terminar algo con éxito, atrae dificultades. 

Lo primero que hay que recordar en la formación del carácter es comprender el secreto y el carácter de la naturaleza humana. Debemos saber que cada persona en el mundo tiene su propio propósito en la vida, su propio interés y su punto de vista, y que se preocupa de sí misma. Su paz se ve perturbada cuando deseas interesarlo en tu objeto de interés. Si quieres imponerle tu punto de vista, por muy cercano y querido que te sea, no le agrada. Muy pocos consideran esto; y desean derramar sus propios problemas y dificultades sobre alguien cercano a ellos, pensando: “Todo el mundo tiene el mismo interés en mi tema como yo mismo y todo el mundo tiene el mismo punto de vista que yo; así que todo el mundo estará encantado de escuchar mi historia”. 

Hay una historia que cuenta que una persona comenzó a hablar de sus antepasados ante un nuevo conocido. Continuó hablando por tanto tiempo que la paciencia de su interlocutor se agoto por completo. Al final, el conocido interrumpió la historia preguntando: “Si no me interesa saber nada de mis antepasados, ¿qué me interesa saber de los tuyos? Hay muchos que están muy interesados en que sus vecinos sepan de cada resfriado y tos que puedan tener; cada pequeña ganancia o pérdida, por pequeña que sea, estarían encantados de anunciarla con tambores y cornetas. Esta es una cualidad infantil; esta tendencia muestra un alma infantil. A veces ahuyenta a los amigos y ayuda a los enemigos. Las personas que trabajan ruidosamente logran poco, porque atraen con su ruido a diez personas más que vienen e interfieren y estropean el trabajo que una sola persona podría haber terminado fácilmente.  

El ruido proviene de la inquietud, y la inquietud es el signo de Tamas, el ritmo destructivo. Aquellos que han logrado algún éxito en la vida, en cualquier dirección, lo han hecho por su trabajo tranquilo. En los negocios, en la industria, en el arte, en la ciencia, en la educación, en la política, en todas las direcciones de la vida, un trabajador sabio es el trabajador silencioso. Habla de las cosas cuando llega el momento, no antes. El que habla de las cosas antes de haberlas realizado es como un cocinero que anuncia los platos antes de que estén cocinados, a todo el vecindario. 

En Oriente se cuenta la historia de un criado entusiasta. El amo tenía dolor de cabeza y le dijo al criado que fuera a buscar medicinas en la la farmacia. El criado pensó que no bastaba con ir a buscar la medicina a la farmacia, así que también pidió cita con el médico y, de camino a casa, visitó al enterrador. El señor le preguntó: “¿Por qué llegas tan tarde? El criado respondió: “Señor, lo he arreglado todo”. El entusiasmo es algo grande en la vida. Es creativo y es la clave del éxito, pero en exceso a veces estropea las cosas. Cuanto más sabia es una persona, más gentil es en todo lo que hace. Un caballero, en lengua inglesa, es el hombre tranquilo.  

Cuenta una fábula que un burro se acercó a un camello y le dijo: “Tío, vamos a ser amigos, iremos a pastar juntos”. El camello le dijo: ‘Niño, me gusta pasear solo’. El burro respondió: “Estoy deseando acompañarte, tío”. El bondadoso camello accedió, y ambos se fueron juntos. Mucho antes de que el camello terminara de pastar, el asno ya había terminado y estaba ansioso por expresarse. Dijo: ‘Tío, me gustaría cantar, si no te importa’. El camello respondió: ‘No hagas tal cosa. Sería terrible para ti y para mí. Aún no he terminado de cenar’. El burro no tuvo paciencia, no pudo controlar su alegría y se puso a cantar. Un labrador, atraído por su canto, se acercó con un largo bambú. El burro salió corriendo, y todos los golpes cayeron sobre el lomo del camello. Cuando a la mañana siguiente el burro fue de nuevo a invitar al tío camello, éste le dijo: ‘Estoy demasiado enfermo, y tu camino es diferente y el mío también. A partir de hoy debemos separarnos’. 

Hay una diferencia tan grande entre la persona tranquila y la ruidosa. Uno es como un niño inquieto, el otro como una persona adulta. Uno construye, el otro destruye. Una manera tranquila de trabajar debe practicarse en todo. Al hacer demasiado ruido por nada se crea conmoción, perturbación en la atmósfera; actividad inútil sin ningún resultado. También se encuentra ruido en la tendencia a la exageración, cuando alguien quiere hacer una montaña de un grano de arena. La modestia, la humildad, la dulzura, la mansedumbre, todas esas virtudes se manifiestan en la persona que trabaja tranquilamente por la vida. 

Continuará…

Traducción al español
por Arifa Margarita Rosa Jáuregui 

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