Hazrat Inayat: Impulso Divino pt III
Concluimos esta enseñanza de Hazrat Inayat Khan sobre la naturaleza divina del impulso, iniciada aqui y continuada aquí.
Ahora uno puede preguntar cómo los sabios y pensadores han distinguido el impulso divino entre los diferentes impulsos que surgen en el corazón del hombre. Primero debemos entender lo que significa la palabra divino. Divino significa: en un estado de perfección. Este estado es experimentado por Dios a través del hombre. En otras palabras, cuando el hombre ha llegado al estado de desarrollo en el que puede ser el instrumento perfecto de Dios, cuando nada de su propio ser se interpone en el camino del impulso directo que viene del interior, ese espíritu puede ser llamado perfecto. Lo que es más precioso, lo que es el propósito de la vida del hombre es llegar a ese estado de perfección en donde puede ser el instrumento perfecto de Dios.
El cumplimiento del propósito de la vida consiste en armonizar con Dios,
y esto se hace distinguiendo el impulso divino.
Una vez que el hombre se ha elevado a esta etapa, al principio comienza a darse cuenta por momentos; entonces, a medida que se desarrolla, durante un tiempo más largo, y aquellos que se desarrollan aún más pasan la mayor parte de su tiempo en esa realización. El sentimiento y el pensamiento ya no impiden el impulso divino, pues se eleva libremente y da lugar a un propósito divino. El mensaje de los profetas y maestros de todos los tiempos ha sido enseñar al hombre a hacer la paz con Dios. El cumplimiento del propósito de la vida consiste en armonizar con Dios, y esto se hace distinguiendo el impulso divino.
¿Cómo distinguir el impulso divino? Así como en la música se puede distinguir la verdadera nota de la falsa, el acorde armónico del desarmónico; es sólo una cuestión de entrenamiento del oído. Cuando el oído está entrenado se puede descubrir la más mínima desarmonía; cuanto más grande es el músico, más capaz es de encontrar la armonía y la desarmonía, la verdadera y la falsa nota. Muchos piensan que lo que llamamos correcto o incorrecto, bueno o malo, es algo que aprendemos o adquirimos. Eso es cierto cuando es correcto o incorrecto hecho por el hombre, pero la naturaleza de correcto e incorrecto en cada niño pequeño tiene un sentido. El niño siente una vibración equivocada al instante; el niño siente si su entorno es armónico o no, pero el hombre se confunde y ya no pueda distinguir claramente. Que el hombre aprenda a conocer por sí mismo es un gran avance a lo largo del camino espiritual. Cuando el hombre tiene claridad en cuanto al sentimiento que recibe de cada impulso, ha avanzado mucho. Hay algunos que dicen después del resultado, “Lo siento”, pero es demasiado tarde entonces, no era el verdadero entrenamiento del oído.
El impulso divino es un impulso lleno de amor, da felicidad, es creador de paz. La dificultad es que no todo hombre observa el principio del impulso, sólo observa el resultado. Es como una persona intoxicada y así en el tiempo, como en la condición de un hombre borracho, se confunde y deprime, y hay lucha y pelea. Pero el hombre no nació para esto. Nace para la felicidad. La paz, el amor, la bondad y la armonía son partes de su propio ser, y cuando una persona es infeliz, significa que se ha perdido, no sabe dónde está.
El hombre busca fenómenos; quiere milagros, comunicación con fantasmas o espíritus; está buscando algo complejo, y sin embargo lo más simple y lo más valioso de la vida es encontrar su verdadero yo.
Lo más simple y lo más valioso de la vida es,
encontrar su verdadero yo.
Traducido al español por Arifa Margarita Rosa Jáuregui