Hazrat Inayat : Sanar a los heridos
Algunas personas tienen una habilidad excepcional para sanar, y Hazrat Inayat Khan era ciertamente dotado para esto, inspirando a muchos estudiantes con sus extensas enseñanzas sobre el desarrollo del poder sanador. El breve extracto a continuación se toma de una conferencia sobre la sanación de cuerpo y espíritu de los heridos del conflicto de la Primera Guerra Mundial. Ahora, como lo hizo entonces, su consejo aplica no sólo a la restauración de los heridos en el campo de batalla, sino también a una amplia porción, tal vez la gran mayoría, de la humanidad. Si nos sentimos impulsados a sanar, estas palabras pueden servir como el cimiento sobre el cual construir.
Esta sanación generalmente se realiza a través de los ojos o de las yemas de los dedos. Hay una mejor manera de sanar que esta, se trata de sanar a través de tu bondad. Pero esto no se puede aprender. Si una persona no es amable, no puede aprender a serlo. Lo único es practicar la bondad, hacer acciones amables, y así desarrollar la cualidad.
Mirando al mundo, veremos que, además de estos heridos, hay muchos otros heridos. Veremos que el mundo está lleno de heridos, y entre miles encontraremos apenas una persona sana. Están los heridos por la vida y los heridos por la personalidad. Deberíamos saber cómo tratar a estos heridos también. Hay un verso de un poeta Hindustani: “Primero ayuda al pequeño barco al puerto, y luego tu propio barco vendrá a salvo al puerto”. Esto significa: detente para ayudar al otro en su dificultad, y habrá toda esperanza de que tu propia misión tendrá éxito. Pero sólo podemos sanar a otro si olvidamos nuestras propias heridas. Si estas están siempre ante nuestra mirada, no podemos ayudar a los demás, y nunca seremos sanados nosotros mismos.
Los heridos por la vida son aquellos que han sufrido duros golpes y tropiezos en la lucha por la vida. Todo el mundo tiene algún propósito que lograr en la vida, algún objeto por el que se esfuerza. Y en esta búsqueda experimenta la oposición de los demás, la dureza de la lucha por la vida. Los heridos por la personalidad son los heridos en la lucha con el yo, aquellos que han dado paso al hábito de alguna droga o al alcohol, o al hábito de la amargura de la mente. Puede que no quieran tener este hábito, pero su debilidad los mantiene atados a él.
También hay quienes son heridos por las decepciones, los desalientos que han experimentado en la vida, los que han perdido la esperanza. Para sanar este tercer tipo de herido, lo que se necesita es conocimiento. Y el conocimiento que se necesita es la conciencia de Dios. La mente debe estar enfocada en conjunto. Es la mente lo que deseamos sanar. Si tengo una herida en la mano, y siempre estoy consciente de que tengo esta herida, nunca sanará.
Traducción Darafshan Daniela Anda