Hazrat Inayat : Intoxication pt I (Spanish version)

Hazrat Inayat: Intoxicación Pt I 

Existen muchos poemas sufis que alaban el vino del Amado, pero en la serie de enseñanzas que comienzan con esta publicación Hazrat Inayat Khan ofrece un estudio muy detallado y profundo sobre el tema de la intoxicación. 

Hay muchas cosas en la vida que son intoxicantes, pero si consideramos la naturaleza de la vida nos daremos cuenta de que no hay nada más intoxicante que nuestra propia vida. Podemos ver la verdad de esta idea cuando pensamos en lo que éramos ayer y lo comparamos con nuestra condición hoy. Nuestra infelicidad o felicidad, nuestras riquezas o pobreza de ayer son como sueños para nosotros; lo único que cuenta es nuestra condición presente. 

Esta vida de permanentes subidas y bajadas y de continuos cambios es como el agua que corre, y el hombre se identifica a sí mismo con esta agua que corre, aunque en realidad no sabe lo que es. Por ejemplo, si un hombre va de la pobreza a las riquezas y luego esas riquezas le son arrebatadas, se lamenta; y se lamenta porque no se acuerda que antes de tener esas riquezas era pobre y que de esa pobreza llego a las riquezas. Si consideramos lo que han sido nuestros deseos a través de la vida, encontraremos que en cada etapa del desarrollo tuvimos uno en particular; a veces anhelábamos ciertas cosas, y en otro momento no nos importaban. Si podemos mirar como espectadores a nuestra propia vida, encontraremos que no era otra cosa que una intoxicación. Lo que en un momento le da al hombre gran satisfacción y orgullo, en otro momento lo humilla; lo que una persona disfruta en un momento lo molesta en otro momento; lo que en un momento valora enormemente, en otro momento no lo valora en absoluto. 

Si un hombre puede observar sus acciones en la vida diaria y si tiene despierto un sentido de la justicia y el entendimiento, con frecuencia se descubrirá a si mismo realizando cosas que no pretendía realizar, o diciendo cosas que no quería decir, o comportándose de tal manera que se pregunte a sí mismo, “¡Por qué fui tan tonto!” A veces se permite a si mismo amar a alguien, admirar a alguien; esto puede suceder por días, por semanas, por meses, aun años – aunque años puede ser muy largo – y luego tal vez sienta que estaba equivocado, o llegue algo más atractivo. Entonces está en otro camino y ya no sabe dónde está, ni a quien ama. En la acción y reacción de su vida el hombre a veces hace cosas por impulso sin pensar lo que está haciendo, y en otros momentos tiene, por así decirlo, un tiempo de bondad y sigue haciendo lo que piensa que es bueno. En otros momentos se activa la reacción y toda su bondad desaparece. Entonces toma impulso en su negocio o profesión: debe hacer esto o debe hacer aquello y parece estar lleno de fuerza y valor; a veces persevera y a veces le dura solo un día o dos para luego olvidar lo que estaba haciendo y hacer otra cosa. 

Esto muestra que el hombre en su vida en la actividad del mundo es como un trozo de madera, elevado por las olas del mar cuando suben y arrojado abajo cuando descienden. Es por esto que los hindúes han llamado a la vida del mundo Bhavasagara, un océano, un siempre agitado océano. Y el hombre está flotando en ese océano de actividad mundana, sin saber lo que está haciendo, sin saber a dónde va. Lo que le parece de importancia es solo el momento que llama presente; el pasado es un sueño, el futuro está empañado y la única cosa clara para él es el presente.  

El apego y amor y afecto del hombre no son muy diferentes al apego de los pájaros y los animales. Hay un tiempo en el que la gorriona cuida de sus pequeños y trae granos en su pico y los coloca en los picos de los pequeños, y ellos esperan ansiosos la llegada de su madre. Y esto continua hasta que sus alas crecen, pero una vez que los pequeños han conocido las ramas de los árboles y han volado al bosque bajo la protección de su madre, nunca más recuerdan a esa madre que fue tan bondadosa con ellos. Hay momentos de emoción, hay impulsos de amor, de apego, de afecto, pero llega el momento en que esto pasa; palidece y se desvanece. Y entonces llega el momento en que una persona piensa que hay algo más que desea y algo diferente que desearía amar. 

Continuará… 

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel 

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