Hazrat Inayat: Jesús camina sobre el agua
Con esta publicación continuamos con la serie ocasional sobre la simbología de las ideas religiosas y esta vez visitamos el conocido relato de Jesús cuando camina sobre las olas tormentosas para rescatar a sus discípulos, así como otras imágenes asociadas con Jesús. El caminar sobre las olas comúnmente se toma como una descripción literal de un fenómeno, pero Hazrat Inayat Khan ve un gran significado detrás de la imagen.
Jesús camina sobre el agua
El fenómeno de Cristo caminando sobre el agua, desde un punto de vista místico, sugiere una filosofía mucho mayor que solo un fenómeno. El universo entero en todas sus formas es una sola visión de una actividad constante. De principio a fin, cada aspecto de la vida representa movimiento, y es el movimiento perpetuo de todo el universo lo que se llama vida. Por lo tanto, el universo es, por así decirlo, un océano de vibraciones, y cada movimiento representa una ola. Por lo tanto, los sabios lo han llamado, en sánscrito, bhavasagara, el océano de la vida, y los grandes devotos han orado constantemente para ser liberados, para no hundirse en este océano, sino poder nadar en él, lo cual se llama tarana *. Y es el Espíritu Maestro el que puede elevarse por encima de estas olas del enorme océano de la vida, en el que generalmente las almas se ahogan. Estar en él, y poder estar parado sobre él, y caminar sobre él, es el fenómeno de Cristo caminando sobre él.
Cristo dijo a los pescadores: “Os haré pescadores de hombres”. Eso significaba: “Cuando extiendas la red y los peces entren en ella, así también por espiritualidad tu personalidad se extenderá en la atmósfera, y los corazones de los hombres que tienen hambre de amor se sentirán atraídos por ti como peces”. El amor de Cristo por el cordero expresa simbólicamente que para el Maestro esa alma era muy atractiva, por ser sencilla e inofensiva, como un cordero. Y la corona de espinas representa la tolerancia a las personalidades espinosas de las que hay tantas en el mundo, pinchando constantemente con sus púas, consciente o inconscientemente; y es esto lo que hace que los sensibles se fastidien con la vida en el mundo. Pero el Mensajero, cuyo corazón representa tanto a la Divina Madre como al Padre, no puede sino ser tolerante, y puede aceptar voluntariamente todas las espinas que le lleguen, porque esa es su corona, el signo de su soberanía en el Reino del Alma.
Cristo le dijo a Pedro: “Me negarás tres veces antes de que cante el gallo”. Esto explica la naturaleza humana. La fe del ser humano generalmente depende de la fe de la multitud; si la multitud llama diamante a un guijarro, todos comenzarán a considerarlo así y a decir que lo es. Y si la multitud creyese que el diamante es un guijarro, todos seguirán la creencia de la multitud. El alma del Mensajero, que viene de arriba (representada por la paloma), que no está hecha por el mundo ni es conocida por el mundo, permanece sin ser reconocida hasta que el gallo canta y sale el sol. Entonces sus palabras brillan e irradian la luz al mundo; y las almas privilegiadas con un poco de reconocimiento, pero con una gran duda, creen por un momento, impresionadas por el poder y la gracia de la personalidad del Maestro, y sin embargo niegan mil veces, y dudan y sospechan, al ser impresionadas por la influencia de la multitud. Cuán cierto es el dicho en indostaní que, “generalmente un alma sigue a la multitud”. Hay almas raras que creen en su convicción y permanecen firmes, incluso si todo el mundo está en contra de su propia convicción interna. Verdaderamente para quien cree pertenece toda bendición.
* Del sánscrito: travesía, salvación, escape; también flotar o nadar. No se debe confundir con el persa / urdu ‘tarana’, que se refiere a un tipo de canción asociada con Hazrat Amir Khusrau.
Traducido por Juan Amin Betancur