Hazrat Inayat: Law (Spanish version)

Hazrat Inayat: Ley

La reciente publicación de un trozo de Sharafudin Manieri decía que el primer paso del camino espiritual es “la Ley”. Hazrat Inayat Khan también hablo sobre la ley en varios contextos; aquí hay una conferencia en la que relaciona la ley social con el fundamento espiritual del cual debe surgir.

“No he venido a dar una nueva ley, he venido a cumplir la ley” dijo Cristo. Esto sugiere dos cosas. Una es que dar la ley es uno de los principales objetivos de la venida del Mensajero. En las tradiciones antiguas lo que llamamos la ley divina es lo que gobernaba a las naciones. Y aun hoy la ley esta necesariamente basada en un principio religioso, lo que nos muestra que aun en las cosas terrenales la guía divina siempre ha sido considerada muy necesaria. Los sabios mundanos no conocen cosas espirituales, mientras que los sabios espirituales son sabios en cosas terrenales también. Y Cristo cuya vida estaba libre de pensamiento terrenal, incluso desprendido del mundo, es Él quien dio a la gente de su época la ley divina. Krishna con todas sus ideas místicas y filosóficas, habla de la ley de la vida mundana.

Hoy un musulmán sigue muy respetuosamente la ley dada por su Profeta, y reconoce con orgullo que su Profeta tuvo en su vida servicio militar y responsabilidades políticas, y que su Profeta era al mismo tiempo un hombre del mundo y un hombre de Dios. Cualquiera sea el grado al que pueda evolucionar el mundo, un hombre sensato nunca podrá negar el hecho de que tocar las profundidades del pensamiento no es para todos, para toda mente. Sea que haya aristocracia o democracia, siempre habrá unas pocas almas que tendrán influencia sobre muchas. Vemos que todos los hombres son diferentes, cada uno tiene su propio camino a seguir y nadie puede ocupar el lugar de otro.

Si sucede que en asuntos mundanos existe lo que se llama el hombre del momento, entonces en asuntos espirituales habrá el alma de la época. Los Mensajeros que trajeron la ley, fueron los Mensajeros de su tiempo, pero, como hoy el hombre conoce solo los asuntos terrenales, se preocupa poco por los asuntos del alma. Como se ocupa poco de esta problemática, está muy poco al tanto de lo que sucede en asuntos espirituales; sin embargo, el trabajo de Dios y de la creación prosigue su camino de todas formas. El Espíritu, que es llamado Alfa y Omega, siempre esta presente y siempre está realizando su trabajo, reconózcase o no se reconozca.

Podemos ver la ley en cinco aspectos. Primero, la institución del matrimonio y del divorcio es lo primero necesario para la paz del mundo. Esta ley es necesaria para proteger los derechos de la mujer, cuya posición en la vida es más frágil que la del hombre. El reconocimiento dado al matrimonio por la ley causa una impronta en las dos personas, señalando que están unidas por la ley y por la religión. La necesidad del divorcio, algo que es a veces necesario para poner fin al cautiverio de dos personas que no pueden ponerse de acuerdo viviendo juntas, también es parte de la ley. Si no existiera una influencia religiosa, si no tuviéramos la impronta, “Nuestro matrimonio se realiza ante Dios”, se reduciría muchísimo la seriedad con la que el matrimonio es visto. Por ejemplo, hoy hay una forma de casarse que no tiene nada que ver con la religión, y con frecuencia el matrimonio se convierte simplemente en un asunto de cortes judiciales. Podemos imaginar que tanto considera el hombre este asunto, si es algo que puede ser arreglado en las cortes. Nada en el mundo puede tomar el lugar de lo que la religión aporta al matrimonio.

El segundo aspecto es la división de la propiedad y la manera de proteger la propiedad. La ley de la religión, que es la justicia de Dios, enseña al hombre a considerar los derechos de los otros tanto como los propios derechos. Además, la religión enseña lo que uno legítimamente puede llamar propio, y lo que no nos pertenece. Enseña también cómo debe uno ganar el dinero y como debe gastarlo. El aspecto serio de la religión, el pensamiento en Dios y en la Verdad está detrás de todo esto, crea en la vida ese espíritu de honestidad que la religión debe generar.

Tercero, existe nacimiento y muerte. En la llegada del niño, el pensamiento de iluminación espiritual en una forma u otra, para darle la bienvenida a la tierra – necesariamente crea una base para el desarrollo espiritual durante la vida del niño; y en la familia a la que el niño llega, el sentimiento de que vino como un regalo de Dios, la idea de que: “Nosotros, los padres, no somos los únicos responsables por la vida del niño; detrás está Dios, Quien comparte nuestra responsabilidad”.

En la muerte de alguien, una ceremonia religiosa da fortaleza a aquel que esta pasando de este mundo a otro, y es también un consuelo para aquellos que piensan en él con amor. Porque genera la idea de que el muerto es llamado hacia la Fuente de donde ha venido. Y, además, adicional al pensamiento que llega con la muerte, la ceremonia religiosa genera también en la mente de los presentes la idea: “No estamos aquí permanentemente: la vida es como una caravana. Todos tenemos que ir a lo largo del mismo camino. Uno va primero; los demás los siguen a su turno”. ¡Pensemos qué virtud nos trae este pensamiento! Hace que la realidad de este mundo ilusorio palidezca, aquella que todavía mantiene a tantos ocupados día y noche en su búsqueda. Ofrece al hombre la oportunidad de aquietarse un momento y considerar la vida, el hombre que siempre esta absorto en los asuntos de este mundo de ilusión.

El cuarto aspecto que la ley de la religión representa es la vida social. Las personas que se reúnen en la iglesia, para un servicio o una ceremonia religiosa, naturalmente tienen la oportunidad de estar juntas en el pensamiento de Dios y de la religión. Lugares de peregrinación y lugares sagrados, todo esto une a la humanidad en el amor a Dios y en la unidad. Pensemos en gente reunida en una exhibición, una feria, el sentimiento que los anima a todos es la ganancia, lograr lo mejor del negocio. ¡que incomparable diferencia cuando nos reunimos en un pensamiento sagrado y religioso!

La quinta institución es la institución política de la ley religiosa, todo lo que concierne a la comunidad o al país; una ley que, con justicia divina, se ocupa como tal de los asuntos de la comunidad y de los asuntos del país. Un problema que no puede ser resuelto de otra forma, puede ser resuelto mediante iluminación espiritual. El hombre es naturalmente egoísta, y la justicia no puede existir en el corazón en el que existe el pensamiento del yo. Sólo puede ver todas las cosas desde un punto de vista justo aquel cuyo corazón refleja absolutamente a Dios – Dios, Quien está por encima de nación, raza, casta, credo y religión.

Sin duda donde hay verdad también hay falsedad, donde hay día hay también noche. Es natural que frecuentemente las autoridades religiosas hayan abusado de la ley. Cuando un hombre espiritual se involucra con las cosas del mundo, es extremadamente difícil para él impedir que las cosas del mundo arrojen su sombra en su corazón. Los hombres, sublevados por el abuso de la religión, con frecuencia han abandonado la religión como tal, y es esto lo que ha hecho al hombre ignorante de la divina fuente de la ley que gobierna los asuntos del mundo. Hoy la gente piensa que hacer leyes es un trabajo de gente intelectual: esto ocasiona constantes decepciones en ambos naciones y comunidades. La falta de orden y paz alrededor del mundo hoy, puede decirse, es causada por la falta de una ley que debe venir de Dios, de la fuente divina. El hombre es muy pequeño para ser capaz de encontrar soluciones a los problemas del mundo. Este es el trabajo de la perfecta sabiduría que se encuentra en una Personalidad sin limitaciones, con la cual la personalidad humana no puede ser comparada, porque no podemos comparar una gota con el océano.

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel

 

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