Hazrat Inayat : Spirit and Matter pt V (Spanish version)

Hazrat Inayat: Espíritu y Materia, parte V 

La consideración del espíritu y la materia llevan ahora a Hazrat Inayat Khan a hablar de mortalidad e inmortalidad. La publicación anterior en la serie se encuentra aquí. 

La Biblia dice: “Es el espíritu el que vivifica, la carne no beneficia para nada”. Pero, se dirá, “¿acaso la materia densa no depende para su mantenimiento del alimento denso?”. Sí, pero al mismo tiempo el apetito no se satisface comiendo piedras. El hombre come vegetales o alimentos animales porque no sólo obtiene de ellos una sustancia, sino también el espíritu que han absorbido. En otras palabras, incluso al comer alimentos densos uno está absorbiendo espíritu del espacio. 

Algunas personas llamarán al espíritu energía, o un científico utilizará el nombre de alguna forma o fuerza, pero nunca se le llama una persona o un ser. Entonces, ¿qué es lo que nos hace llamar a Dios espíritu, o por qué llamamos Dios a lo que realmente es espíritu? Si es el mismo espíritu que respiramos desde el espacio el que hace del hombre un ser inteligente, capaz de pensar y sentir, el mismo espíritu que le da el poder de percepción y concepción y desarrolla en él ese sentimiento que llamamos ego, o “yo”. Si éste es el fenómeno que muestra el espíritu al ser absorbido por el cuerpo material, ¡cuánto más capaz de percepción y concepción, de pensamiento y sentimiento, debe ser el espíritu en sí mismo! Sólo que, como estamos limitados por nuestro marco físico, no somos capaces de experimentar plenamente su vida perfecta y su personalidad perfecta. 

Donde hay un agujero, este agujero tiene tendencia a agrandarse, y donde hay un poco de sustancia esa sustancia tiene tendencia a aumentar. Esto muestra la tendencia del espíritu y de la materia, el conflicto continuo que existe entre el espíritu y la materia. Por parte de la materia existe siempre la tendencia a absorber; por parte del espíritu existe siempre la tendencia a asimilar. La mortalidad, por lo tanto, pertenece a la sustancia, no al espíritu; la inmortalidad pertenece al espíritu. 

¿Qué es lo que hace al hombre espiritual? La conciencia del espíritu. Si una persona no es consciente de lo que absorbe, no es consciente de aquello que la convierte en algo más que la parte densa de su ser. No es la sustancia densa que forma su cuerpo lo que le hace capaz de pensar, lo que le da la facultad de sentir, de experimentar, de conocer; es el espíritu lo que esta sustancia densa ha absorbido. Y si se pregunta si este espíritu que pertenece al hombre, que puede llamarse espíritu individual, se encuentra adentro o afuera, la respuesta es: que el hombre mismo es el espíritu individual. El cuerpo es algo que el espíritu ha tomado para su uso. Por lo tanto, así como el hombre depende de su vehículo, al que se llama cuerpo, para experimentar la vida exterior, en la misma medida o incluso más es independiente del cuerpo exterior para existir eternamente. 

La dependencia y la independencia del hombre dependen de lo que desea experimentar. Si desea experimentar la tierra densa, depende del cuerpo denso. Si desea experimentar la vida del espíritu, no necesita depender de nada. El espíritu está vivo; el espíritu es la vida misma; sólo depende de la materia para su experiencia y no para su vida. El espíritu mismo es vida, aunque una vida que es diferente de la vida que generalmente reconocemos como tal. Lo que llamamos vida es la materia que ha absorbido el espíritu; y lo que llamamos vida es lo que se mueve y actúa a través de lo que llamamos espíritu. En realidad, la vida es lo que la materia ha absorbido; la vida abandona la materia y, sin embargo, permanece; la vida no puede ser destruida. En la comprensión de esto reside el secreto de la inmortalidad. 

Continuará… 

Traducido al español por Arifa Margarita Jáuregui 

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