Hazrat Inayat: El Desarrollo de la personalidad pt II
En la primera entrega de esta serie, Hazrat Inayat Khan describe brevemente el primero de cuatro niveles de desarrollo de la personalidad, ammara. Aquí continúa, mencionando los otros tres, y luego comenzando una explicación de la visión espiritual de democracia.
Cuando un hombre está un poco más evolucionado, entonces llega una cierta consideración, una manera civilizada, un refinamiento y una elección de la acción. Esto se llama lawwama. Una persona que ha avanzado a la tercera etapa, mutmaina, está aún más desarrollada. No es sólo que sea atenta, sino que es comprensiva, no es sólo que sea considerada, sino que es amable, no es sólo que tenga una manera civilizada sino que tiene una cortesía natural, no es sólo que sea refinada sino que tiene un corazón tierno. Y cuando una persona va aún más allá, entonces tiene aún más encanto y personalidad, entonces hay calma, tranquilidad, gentileza, suavidad, tolerancia, perdón y comprensión de todos los seres.
Es cuando esta cuarta personalidad, o alima, se desarrolla que una persona está facultada a embarcarse en el camino espiritual. Hasta entonces no está facultada para recorrerlo. La forma moderna de reconocer el tipo incorrecto de igualdad ha eliminado la idea de una mejor personalidad. Ese respeto y aprecio que se debían a una personalidad superior han sido arrebatados por esta locura de la igualdad. Si una persona no tiene un ideal que alcanzar, no tiene forma de progresar. La gente que piensa: “Estoy satisfecho como estoy. Gano mucho dinero cada día, ¿no es suficiente?” no tienen nada que alcanzar. A pesar de todos los defectos y errores de los pueblos antiguos, de todos modos, siempre mantuvieron vivo este pensamiento.
Se cuenta la historia de un derviche que estaba de pie en medio de la calle cuando llegó el cortejo del rey. Primero los pajes que corrían delante de la procesión le empujaron y le dijeron: “¿No ves que viene el rey? Vete”. El derviche sonrió y dijo: “Es por eso”. Luego se adelantó de nuevo y se quedó en el mismo lugar. Cuando llegaron los jinetes, los guardias, le dijeron: “¡Quítate de en medio, que viene la comitiva!” El derviche sonrió y dijo: “Es por eso”. Entonces llegaron los cortesanos y vieron al derviche allí, de pie. Y en lugar de decirle al derviche que se apartara, movieron sus caballos un poco hacia un lado. Y de nuevo el derviche dijo: “Es por eso”. Finalmente llegó el rey. Cuando el rey vio al derviche, lo saludó primero y el derviche respondió: “Es por eso”. Un joven inteligente que había visto y oído esto preguntó: “¿Qué quieres decir con eso?” Y el derviche dijo: “¡Ya ves, es por eso que son lo que son!”.
Hemos borrado este ideal de nuestras mentes. ¿Dónde está la verdadera democracia? La nobleza de saludar al derviche primero, eso es democracia. Pero cuando un hombre que no es evolucionado arrastra a los más evolucionados a su nivel, esa es la democracia equivocada; va hacia abajo en lugar de ir hacia arriba. Si la falta de modales y la desconsideración pueden ser la democracia, eso le quita su verdadero ideal y su verdadero espíritu. La democracia es el resultado de la aristocracia; cuando el espíritu de la aristocracia ha evolucionado lo suficiente, entonces se convierte en democracia. Entonces una persona piensa: “Soy igual a cualquier persona en el mundo; no hay persona por debajo de mi”. Pero si una persona dice: “No hay nadie por encima de mi”, eso no es democracia.
Continuará…
Traducido por Inam Anda