Hazrat Inayat : The Divinity of Art pt III (Spanish version)

Hazrat Inayat:  La divinidad del arte pt III 

Hazrat Inayat Khan ahora amplía el círculo: todo lo que uno hace puede considerarse un arte si estamos correctamente afinados, y, de la misma manera, si estamos correctamente afinados con el impulso artístico, podemos encontrar inspiración en cualquier parte. La publicación anterior de esta serie se encuentra aquí. 

Cuando el corazón está afinado en el tono adecuado, no solo es capaz de producir o apreciar cualquier tipo de arte o belleza, sino todos los tipos. Por lo tanto, puede haber arte en la arquitectura.  Un arquitecto talentoso puede producir una gran belleza en su trabajo.  Así también con el dibujo, el bordado, el trabajo de teñir, de coser.  De hecho, no hay nada que el hombre haga que no tenga arte si sabe cómo afinarse al tono que permite que el arte se exprese. De la misma manera, la poesía es un arte. A menos que una persona esté afinada al tono adecuado, puede escribir poesía toda su vida y sin embargo, no le gustará ni a él ni a nadie.  Lo mismo con un pintor, o un músico – violín, piano, cualquier instrumento – no se complacerá a sí mismo ni a nadie más durante toda su vida a menos que se haya afinado con este tono. 

Esto demuestra que la cuestión de qué grado de evolución ha alcanzado una persona se plantea en todos los ámbitos de la vida. Ya sea un pintor, un escultor, un arquitecto, un diseñador, un cantante o un bailarín, sea cual sea el camino que siga, no hay mejor fuente de inspiración en la naturaleza de donde extraer la inspiración de lo alto, que por medio del arte. Cuanto más cultivado está el sentido del arte en el hombre, más capaz es de responder a la belleza del arte, y más capaz es de producir o crear algo bello en sí mismo. Cuanto más entra en contacto con ese Espíritu que ayuda constantemente a cada alma hacia la belleza, más puede producir. Todo lo que ayuda al hombre a acercarse a la belleza de Dios es sagrado. Por lo tanto, el arte puede convertirse en religión. No sería exagerado decir que no hay mejor religión que el arte en sí mismo. 

Cuando uno ha llegado a ese grado de comprensión, cuando se ha alcanzado ese conocimiento del arte por el cual se puede llegar a ser beneficiado, cuando el corazón está sintonizado con ese tono por el cual se puede entender y apreciar el arte, y cuando hemos cambiado la perspectiva de la vida para ver en la belleza del arte la belleza del Ser Divino, entonces podemos progresar en el verdadero arte.  

De esto aprendemos que, consciente o inconscientemente, lo que nuestra alma busca realmente es el arte; y sin embargo, al mismo tiempo el hombre evita con mucha frecuencia eso mismo que en verdad busca. El camino correcto y el incorrecto están muy cerca el uno del otro. La única diferencia es que una persona viaja por el camino correcto cuando a cada paso puede decir: “Veo las señales que me apoyan y me ayudan a seguir adelante, y me prometen que la meta está ante mí”. Cuando viaja por el camino equivocado, cada paso le dice: “No estoy en el camino correcto, debo volver atrás; no estoy en el camino en el que debería estar”. 

Consciente o inconscientemente toda alma busca la belleza, y a cada paso de nuestra vida pensamos que la belleza nos recibe a medida que avanzamos, que la belleza nos sale al encuentro a cada paso de nuestro camino, entonces el alma está satisfecha, está llena de esperanza, sabiendo que el camino que recorre es el correcto, y que un día u otro llegará a su meta. La persona que piensa a cada paso de su viaje: “No estoy en el camino correcto, no me gusta esto; no me satisface aquello”, no está progresando. La belleza que busca, siempre la deja atrás. Viaja por un camino muy distinto al que espera. 

Continuará… 

Traducido por Inam Anda 

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