Hazrat Inayat: La Filosofía de la Forma pt III
Esta entrega concluye la breve explicación de Hazrat Inayat Khan sobre la filosofía de la forma desde el punto de vista sufi. La publicación anterior se encuentra aquí.
Las diversas formas se diferencian entre sí por razón del tiempo y del espacio. La hoja producida ayer cambia hoy de color y de forma, diferenciándose una de otra, pero teniendo ambas la misma fuente.
Si no hubiera sido así, todos los seres del universo habrían sido iguales, siendo la manifestación del Uno y único Ser. La diferencia de semejanza entre las razas durante diferentes períodos, y la diferencia de los rasgos y naturalezas entre los hijos de los mismos padres muestra que la causa de toda diferencia ha sido el tiempo y el espacio. Hay un mayor parecido entre los niños que han nacido gemelos debido a que su nacimiento tuvo lugar tan cerca el uno del otro. Sin embargo, en este caso la diferencia tiene la misma causa. Los gérmenes, los insectos, los pájaros y las bestias se parecen entre sí mucho más que los seres humanos, los pájaros más que las bestias y los gérmenes más que los insectos, porque muchos de ellos nacen al mismo tiempo.
La diferencia entre los habitantes de las distintas partes del universo es tan grande como el espacio que los separa. Por ejemplo, los chinos se parecen más a los japoneses que a los egipcios, mientras que los persas se parecen a los turcos, debido a la proximidad de su tierra natal.
La diferencia de aspecto y naturaleza entre los habitantes de Oriente y Occidente es tan grande como el espacio que los separa y el tiempo transcurrido entre el nacimiento y el crecimiento de su raza, aunque el hombre es el mismo en todo el mundo. La diferencia de la ciencia, el arte, las costumbres, los modales y las ideas, su progreso y degeneración, todo se desarrolla bajo la ley del tiempo y el espacio. No sólo esto, sino que incluso el destino del hombre en la vida depende mucho más del momento de su nacimiento y de la influencia del planeta que rige en ese momento.
Sobre el modelo de la tierra se construyeron los Cielos. Esto revela el misterio de la forma: son las impresiones recogidas en la tierra las que permiten al alma crear formas diferentes. La agitación provocada por las actividades externas perturba naturalmente la armonía y el ritmo de la actividad creadora interior. Allí ella actúa como sonido, como luz, luego se convierte en sentimiento y pensamiento, y al final se manifiesta a través de la forma, la figura, y especialmente a través del rasgo y la expresión. En pocas palabras, puede decirse que cada acción realizada en la superficie es como tocar la campana en el campanario de la iglesia: si se toca uniformemente, suena rítmico; si se toca desigualmente, produce una impresión no rítmica.
Las fuerzas más finas de la vida tienen en su mano la rienda de los elementos externos y según su sonido y ritmo funcionan los elementos externos. Así se produce el cambio de rasgos, del que depende la belleza o la fealdad. El que conoce el secreto de esto puede moldear su forma y producir su ideal en sus hijos. En esto el papel de la madre es más importante que el del padre.
La forma puede verse incluso en una frase, en un poema, y puede verse en la imaginación, en el pensamiento, incluso las emociones y los sentimientos tienen sus formas, y los que sólo ven con los ojos físicos no pueden ver otra cosa que la forma material, y es por así decirlo una especie de ojo que se abre el que ve las formas de las ideas y de los sentimientos. Los Profetas que escucharon la voz interior han dado a ese lenguaje divino una forma y han tratado de plasmar esa forma en sus palabras que el mundo ha tomado como libro sagrado. Es la naturaleza de la mente adornar cada idea, pensamiento y sentimiento con una forma adecuada según su capacidad en la que reside todo el secreto de la visión. El simbolismo es un lenguaje de la idea oculto bajo el manto de una forma. Es una tendencia natural de una mente desarrollada expresar una idea en un símbolo o leer una idea de un símbolo, lo que prueba que detrás de cada forma hay un espíritu y detrás de todas estas formas finas y gruesas está Dios.
Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J.