Hazrat Inayat : The Philosophy of the Resurrection (Spanish version)

Hazrat Inayat : La filosofía de la resurrección 

Mientras crecía en la India, Hazrat Inayat Khan se interesó mucho por el Nuevo Testamento, y cuando llegó a Occidente su estudio le permitió dar a sus estudiantes una visión esclarecedora de varios aspectos de su fe. Se pueden encontrar publicaciones anteriores sobre la Resurrección aquí y aquí. 

Encontramos la palabra “resurrección” no sólo en la Biblia, sino también en el Corán y otras escrituras. Lo que es verdad se convierte en falso cuando se entiende equivocadamente, e incluso lo falso se convierte en verdadero cuando se entiende correctamente. 

La siguiente historia ayudará a explicar el significado de la palabra resurrección. Había una vez un rey que deseaba que su hijo experimentara todos los aspectos de la vida, y por esta razón lo mantuvo en la ignorancia del hecho de que era un príncipe. Mandó  a construir un palacio de siete pisos. La planta baja era muy simple y sencilla. Cada piso era un poco más elaborado que el anterior, hasta el séptimo, que estaba magníficamente amueblado, y era en todos los sentidos una morada digna para un rey. El pequeño príncipe  fue puesto a vivir en la planta baja con sus enfermeras y asistentes, y en su sencillo entorno vivió feliz y contento durante muchos años. 

Cuando se hizo mayor, sintió curiosidad y preguntó si había algo que ver en los otros pisos de la casa. Los criados le respondieron que había otros seis pisos y que podía verlos. También le dijeron que podía subir en el ascensor. El muchacho entró en el ascensor, pero tuvo cuidado de no soltar la cuerda, pues quería asegurarse de volver a la planta baja, con la que estaba tan familiarizado. De este modo, exploró los siete pisos. El padre había decidido que no se llamara Príncipe Heredero hasta que pudiera subir solo e investigar el palacio, que al fin y al cabo era suyo. 

Los siete pisos mencionados en este cuento pueden interpretarse como los siete planos de existencia, y éstos son nuestros por derecho de herencia. Somos colocados en la planta baja, la tierra, ya que tenemos trabajo que realizar allí. El trabajo más importante que tenemos que hacer en la vida es hacernos cargo de los siete pisos. El Maestro, Jesucristo, pasó por todos los siete planos, y dio el mandato: ‘Sed perfectos, como vuestro Padre, que está en los cielos, es perfecto’. Este estado de perfección es el paso del estado de existencia limitada al estado de existencia ilimitada. El ascensor es la respiración, y cuando nuestro cuerpo físico pasa al siguiente piso y pierde el control de la respiración, eso es su muerte. 

De hecho, a través de la muerte el alma entra libremente en los planos superiores de la existencia, y ese es el significado de la resurrección. Hay dos aspectos de la resurrección, el negativo y el real. La resurrección negativa tiene lugar cuando pasamos a los planos superiores de existencia en el ascensor por medio de la respiración, y nos aferramos a la cuerda, el cuerpo físico, y volvemos al primer piso, la tierra, de nuevo. Este es el significado de esas palabras en el Hadith, ‘Morir antes de morir’. Esta resurrección negativa es la enseñanza de los sufíes, y es todo el objeto de la vida contemplativa que llevan. Quita el miedo a la muerte, y la muerte se convierte en el puente que une al amigo con el amigo. Jesús, al pasar de la tierra, dejó atrás su cuerpo físico para siempre, y eso fue su resurrección positiva. 

Cuando estamos dormidos y soñamos, dejamos nuestro cuerpo físico y vivimos en nuestro cuerpo más fino por el momento. El cuerpo más fino es una réplica de nuestro cuerpo físico. Ambos cuerpos se han impresionado mutuamente y son exactamente iguales. Esto responde a la pregunta de cómo fue que Jesús se apareció a sus discípulos en lo que ellos creían que era su cuerpo físico. Él les había prometido que volvería a ellos, y fue su ferviente deseo y su amorosa devoción lo que creó su presencia. Todo este universo fue creado por el poder de la mente. Este poder está en cada uno de nosotros, y nuestro poder de creación es proporcional a la seriedad y realidad de nuestros deseos. Tal fue el caso de los fieles discípulos. Fue su ferviente amor y anhelo lo que creó la presencia de su Señor. 

 
Traducido al español por Arifa Margarita Rosa Jáuregui 

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