Hazrat Inayat: El poder de la respiración parte III
Con esta publicación continuamos la serie de enseñanzas de Hazrat Inayat Khan que exploran el poder y el misterio de la respiración. En esta entrega, recurre a la comprensión metafísica y mística de la corriente de la respiración. La publicación anterior de esta serie puede encontrarse aquí. Una pequeña parte de la última publicación se repite aquí para mayor claridad.
La misma corriente de la vida corre a través de todo. El hombre es el ser ideal, como dice la escritura. Es ideal porque se le da inteligencia para percibir el secreto de esta respiración, mientras que para los animales y las aves está oculto. La vida de todas las criaturas es misteriosa y llena de maravillas, pero solo el hombre es bendecido con la inteligencia que transmite el poder de comprender el secreto de la respiración. Si hay algo más duradero que nuestra vida transitoria, es esto, el secreto de nuestro ser. Es por esto que el hombre es capaz de dominar la vida, tanto aquí como en el más allá.
Habiendo entendido esta verdad, los místicos han sido capaces de enseñar que la religión de todas las religiones es el conocimiento de sí mismo, porque el conocimiento de sí mismo trae el conocimiento de la vida. Esta corriente de vida que corre a través del centro del ser del hombre, uniendo la mente al cuerpo y también a todos los otros planos de existencia, es esto lo más importante. Pasa desde lo más profundo del ser del hombre hasta el cuerpo, que es el instrumento por el cual el hombre es capaz de experimentar la vida en la superficie. Cuando tiene conocimiento de esto, el hombre empieza a darse cuenta, “no soy tan pequeño como pensaba, ni tan débil como pensaba; soy mucho más fuerte en otros planos. Puedo vivir mucho más de lo que podría en el plano físico. Puedo verme en todos los diferentes planos por medio de ese conocimiento interno de la respiración”.
Por lo tanto, para el místico, la respiración es como un ascensor; un ascensor en el que se eleva al primer piso, y luego al segundo, y luego al tercero, de hecho, a dónde quiera ir.
El misterio de la Esfinge, y el misterio del Buraq que se menciona en la vida del Profeta Mahoma, tienen que ver con esto. Cuando el Profeta llegó a la corte, o puerta, de Dios, el Buraq fue enviado. El Buraq era un animal con alas, y el Profeta cabalgó sobre él para llegar a la puerta del cielo más alto. Pasó por una puerta tras otra al pasar por los siete cielos. Al final llegó a la puerta del más alto.
¿Qué significa esta alegoría? El cuerpo del Buraq es el cuerpo físico. Las alas representan la capacidad de la respiración de llegar lejos y, sin embargo, mantener su conexión con el cuerpo físico. El Profeta montado en su espalda representa cualquier alma que recorre el camino espiritual. Quien tenga coraje, quien tenga fe, quien tenga confianza, quien confía, quien tenga paciencia, esperanza, y perseverancia, puede recorrer este camino y hacer uso del vehículo de la respiración.
Si leemos la historia de Buda, que era un yogui, encontraremos que sin el yoga y sin la meditación espiritual, que se logran mediante la respiración, nadie en este mundo ha alcanzado la perfección espiritual. El poder curativo de Cristo, el magnetismo de Mahoma, el poder milagroso de Moisés, el encanto de Krishna y la inspiración de Buda, todo esto se logró mediante la respiración. ¿Y cómo lo lograron si no hubiera una corriente que pasara entre nosotros en la tierra y la fuente de energía, la fuente de poder y magnetismo?
¿No es claro que la respiración transmite incluso las palabras que salen de nuestros labios a los oídos del oyente? La voz es respiración. La palabra es respiración. Sin respiración, no se puede producir el habla. Y, sin embargo, una persona puede aceptar esto fácilmente y reconocer que es cierto que es la respiración la que lo hace, pero no creerá tan fácilmente que el pensamiento también es respiración. Puede ver el movimiento del aire que surge del habla, y se pregunta si eso significa que el pensamiento también provoca un movimiento del aire. Esto se debe a que no entiende que una corriente de vida corre a través de todo, y eso es aliento. Se ve fácilmente cuando se manifiesta en el plano físico, pero en los planos superiores no se ve. Sin embargo, se extiende más alto que los planos. Si hay algo que conecta al hombre con Dios, si hay algo que conecta lo mortal con lo inmortal, es este puente al que llamamos respiración. Es un puente por el cual se pasa del mundo de la mortalidad al mundo de la inmortalidad; es el puente por el cual la inmortalidad pasa a la mortalidad. Esa vida que parece mortal es realmente el rayo de la vida inmortal. Lo que parece mortal es solo el caparazón. No es la vida lo que es mortal, es la cubierta la que la hace parecer mortal.
Continuará…
Traducido por Yaqín, Rodrigo Esteban Anda.