Hazrat Inayat: El problema de hoy Pt II
Abordando las necesidades del mundo de hoy, Hazrat Inayat Khan empieza por hablar de los aspectos físicos, como alimento, limpieza, y el estilo de vida. Habla aquí de la vida “exterior”, refiriéndose a “fuera de casa”. La primera publicación de la serie está aquí.
Por un lado, la ciencia está haciendo un gran progreso descubriendo las diversas enfermedades y quizás sus remedios. Pero al mismo tiempo las enfermedades están aumentando debido a la vida en poblaciones y lugares concurridos, y la comida almacenada en latas y barriles, la carne tal vez enviada de un país a otro que llega después de muchos meses. Por estos alimentos no naturales la gente se enferma y esa enfermedad se propaga. Por una parte, la ciencia está progresando, y por el otro la vida está desmejorando. No había tantas enfermedades en la antigüedad como las que se encuentran hoy. Un hombre puede pensar que tal vez los antiguos médicos no descubrieron tantas enfermedades, pero eso no es cierto. La vida era más natural.
Es una gran pregunta si es deseable que la carne sea consumida como alimento todos los días. Y la respuesta es que hay muchos lados a esa pregunta. Hay lugares como los desiertos del Sahara, o Arabia o Siria donde no se encuentran vegetales, donde el hombre no puede vivir sin carne. Muchos han preguntado por qué el Profeta Mahoma no prohibió a sus seguidores comer carne y se puede dar la misma respuesta. Y no solo eso; los animales que son usados por la humanidad para comer, si no fueran usados por la humanidad serian usados por leones y tigres y habría más leones y tigres en el mundo. Pero al mismo tiempo el alimento vegetal es por todos los medios recomendable y deseable para la salud en todo sentido, siempre y cuando la comida vegetal sea fresca y limpia. Si están deteriorados, si los vegetales están malos, son peores que la carne, porque ahí de nuevo la vida comienza a mostrarse en forma de insectos, y es casi lo mismo o tal vez peor cuando los vegetales no están suficientemente frescos para consumirlos. Muy a menudo, por comer vegetales la gente adquiere enfermedades; muchos insectos diferentes comienzan a nacer en los vegetales, y la consecuencia es que sobrevienen las enfermedades.
Además de esto, la vida exterior, como puede llamarse a la vida de restaurantes, se ha puesto muy de moda entre los ricos y los adinerados, y la vida de casa, que es la ideal, está siendo desplazada. Hoy parece haber una tendencia creciente hacia la vida de los restaurantes que se está tornando en lo que llaman la vida de club.
Esto es bastante contrario a lo que en una época hacían los brahmanes. Los brahmanes creían en mantener sus cocinas muy puras y limpias y ningún extraño podía entrar allí; consideraban la comida tan sagrada, un símbolo de la comida espiritual en la tierra, que nadie de afuera debía tocarla, porque no sabían lo que estaba haciendo antes la persona, ni de dónde venía o qué influencia estaba trayendo. Y quien preparaba la comida debía ser un brahmán también, lo que significa que debía ser del mismo pensamiento; no podía ser una persona de pensamiento inferior. Una persona inferior no debía cocinar para una persona superior, porque el estado mas avanzado de evolución requiere de una persona de su mismo estado que le cocine – o él cocinará para sí mismo. Y luego comían en hojas y se sentaban en pequeños tableros no en tapetes o cosas que pudieran tener gérmenes de los que iban y venían, sino tableros limpios, lavados todos los días, en los que se sentaban separados, sin tocarse unos a otros y se ayudaban [i.e. servían] con sus propias manos, y la comida se servía en hojas, en recipientes hechos de hojas se servía la comida liquida, no cucharas y tenedores para ser lavados en lo mismo, donde talvez han comido cientos o miles en el mismo restaurante y secados con el mismo trapo y ¡quién sabe! cocinados por quien, qué evolución tenía esa persona, en qué actitud se encontraba a la hora de cocinar.
Ahora el hombre está en búsqueda de la vida en restaurantes; las personas piensan que es un gran problema preparar la comida en la casa, que es mejor ir fuera. Aun si tienen una casa quieren ir afuera a cenar, o cenar en un club, que es de nuevo un restaurante en miniatura. Todas estas cosas conllevan una tendencia a una vida muy distante de los principios higiénicos, aunque haya tanto discurso sobre alimentos higiénicos y qué debe uno comer.
Los convencionalismos de hoy son cada vez mayores. Por una comida hay tantas cosas para lavar y limpiar después que la vida se vuelve pesada. Si hay diez personas viviendo en una casa, tienen un muchacho, un lavandero para los manteles. Si supiéramos cómo se puede hacer de simple la vida, no solo habría menos trabajo y problemas sino más higiene, menos gasto y menos dificultad, menos responsabilidad. Cuántas personas hay hoy en el mundo que, debido a la mayor complejidad de la comida no quieren tener una casa; desean comer fuera como estudiantes o viajeros. Hubo una época en oriente en la que los estudiantes y viajeros consideraban que la mayor felicidad era cocinar para sí mismos. Hasta a los príncipes se les enseñaba, como una de sus ocupaciones en la vida a cocinar para ellos mismos. ¿En quién puedes confiar más que en ti mismo y quién puede saber adecuadamente lo que quieres? Cuando una persona es amo de su escogencia puede preparar todos los días lo que quiere. Nadie más sabe lo que desea. Cuando alguien es siempre dependiente de otros para su alimento, que es lo principal en la vida, no vive la vida. En ese sentido vive mecánicamente; no conoce la vida. Debe tener libre escogencia para cocinar lo que quiere, o si quiere comer o no debe ser su elección. Si quiere un día marcharse sin comer, lo puede hacer. Si quiere un día comer algo con gente, lo puede hacer o realizar una mezcla de ciertas cosas, ¿por qué no?
Continuara…
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel