Hazrat Inayat : Vibraciones pt IV
Hazrat Inayat Khan concluye su discurso sobre la importancia de las vibraciones discutiendo su importancia para nuestra salud física y mental. La publicación anterior de la serie puede encontrarse aquí.
Es la condición siempre cambiante de nuestro cuerpo físico, causada ya sea por la sensación externa o por su actividad particular, la que somete nuestra vitalidad a diferentes condiciones. Cada persona tiene un ritmo diferente. Pero cuando decimos “una persona”, nos referimos a una persona como generalmente entendemos este concepto: la persona con su cuerpo, o la persona con su mente, o la persona con su alma. Muchos no la reconocerán como una mente sino solo como un cuerpo, y muchos no la reconocerán como un alma sino solo como una mente y cuerpo. Esto es porque la velocidad de vibraciones de su cuerpo es diferente de la de su mente, y la velocidad de vibraciones de su mente es también diferente a la de su alma. De hecho, cada plano de su ser tiene un ritmo diferente, aunque todos los planos de su ser están de cierta forma relacionados con lo que sucede en ciertos de estos planos. En otras palabras, todos sus cuerpos internos están vibrando, y están relacionados unos con otros en relación a la velocidad de sus vibraciones. Cuando decimos, “estoy cansada” o “me siento mejor” o “me siento fuerte”, esto realmente significa que estamos vibrando a una cierta velocidad y es esta la que hace que digamos lo que dijimos.
Entonces, diferentes sentimientos como la alegría y la depresión muy a menudo surgen en una persona, generando grandes cambios en ella, y estos también son causados por la velocidad a la que su cuerpo está vibrando. Esta enfermedad de la depresión, una depresión que no tiene causa aparente, sin razón, se debe a la desaceleración o cesamiento de las vibraciones de los centros internos. Sin duda todos los sentimientos tales como el luto, el asombro, la pasión, el humor, el miedo, el apego, la ira, la alegría, y la indiferencia vienen de la condición creada por la velocidad de las vibraciones que activan el mecanismo del cuerpo y causan que la sangre circule; pero estos sentimientos también hacen que las vibraciones del cuerpo cambien de ritmo. De esta forma, los sentimientos afectan al cuerpo y el cuerpo afecta a los sentimientos.
Las vibraciones se pueden cambiar si entendemos las vibraciones de nuestra propia vida, lo que significa nuestro propio ser. En primer lugar, podemos estudiar las vibraciones del cuerpo físico. Y la principal forma en la que pueden entenderse y controlarse es a través del estudio y entendimiento de la respiración, pues la pulsación del corazón, la cabeza y el cuerpo, sobre la cual depende la circulación, se basa en el ritmo de la respiración. El siguiente paso es entender el ritmo de la mente. Las personas que piensan “Haré esto”, y entonces deciden de primera hacer otra cosa, o las que comienzan una cosa y luego pasan a otra y luego a otra, muestran que su mente no está en un ritmo apropiado.
Cuando un hombre se está riendo un momento y al siguiente derramando lágrimas, cuando está feliz un momento y al siguiente triste, su mente no está en el ritmo correcto. Aquel cuya mente está en el ritmo correcto es decidido y sabe lo que dice, lo que hace, lo que piensa. Se mantiene firme en sus decisiones, se mantiene firme en su palabra. Es por eso que las personas en los tiempos antiguos atribuían gran importancia a la palabra de una persona. Cuando una persona ha dado su palabra, está dada; sabe lo que ha dicho. Pero cuando una persona está tambaleándose, esto muestra que aún no ha aprendido a caminar; y cuando su mente se tambalea entre “¿Debo o no debo?” “¿Se hará esto o no se hará?” aún no ha alcanzado el ritmo correcto, y por eso siempre habrá problemas con esa persona.
La música, que es siempre hábil y técnicamente correcta no puede tener un efecto mágico sobre quienes escuchan. Sólo puede apelar a su curiosidad, y si no entienden la música pueden ser fácilmente satisfechos por esta. Si la música posee cualquier cualidad propia que no depende de técnicas y formas hechas por el hombre, yace en el grupo armónico de las ondas de vibración- cuán armónicamente trabajan. Es esto lo que afecta no solamente el alma del oyente sino incluso su cuerpo físico. En cada átomo de su persona tiene un efecto armónico que penetra todos los diferentes planos de vida, tocando la profundidad de su alma.
Así también, no es un grupo de colores puestos en lienzo lo que produce una pintura armónica, aunque esto es muy común hoy en día. Puede ser que alguien tiene la idea de lanzar un número de colores juntos, y otra persona te la trae y dice, “Mira si puedes observar algo en ella.” Y cuando estas personas hacen de esto un misterio, la mente curiosa piensa, “Debo decir que es maravilloso, aunque no entiendo lo que sea.” Tal vez después de haber dicho “¡Qué maravilla!” esta persona haya ido a casa con un dolor de cabeza, pero frente a los demás dice que es una maravilla. Sin embargo, lo que realmente impresiona a una persona es una mezcla armoniosa de colores que no son discordes a las vibraciones del cuerpo y la mente. En ocasiones una pintura o paisaje realmente pintada con armonía entrega paz a través del efecto de los colores.
Sabiendo que los colores tienen tal efecto, algunas personas han intentado combinaciones crudas e indeseables para curar a los enfermos, pero en lugar de curarlos a veces les han empeorado. Por ejemplo, hay un sistema para reflejar luz a través de vidrio de colores sobre un paciente. Es la forma más cruda de utilizar los colores, y no es así que los colores puedan tener un efecto sobre una persona. Para producir un efecto armónico de colores, deben utilizarse artísticamente; y de esa forma se podrá demostrar que son útiles para curar a las personas.
Podríamos preguntarnos cómo es entonces con los ciegos y los sordos, si la armonía perfecta de las vibraciones se obtiene a través de color y el sonido. La respuesta es que a pesar de que las personas así afligidas carezcan de un sentido, tienen los otros para experimentar con el mundo de los sentidos. Si los sordos no han escuchado con los oídos, el efecto de la conversación ha alcanzado sus oídos internos de todas formas.
Traducido por Darafshan Daniela Anda