Hazrat Inayat : Vibrations pt III (Spanish version)

Hazrat Inayat: Vibraciones, pt. III 

En su descripción de los efectos de las vibraciones sobre nosotros, Hazrat Inayat pasa a dilucidar el funcionamiento de nuestros sentidos externos, que pueden medirse científicamente, y nuestro sentido interno, que es más fino, pero comunica toda percepción a cada átomo de nuestro ser. Las publicación previa se encuentra acá 

Cuando algún objeto como una fruta, una hoja o una flor cambia su color, significa que ha comenzado a vibrar a una escala diferente; y cuando un objeto cambia su sabor, pasando del ácido al dulce o del dulce al amargo, esto también indica que está cambiando de un rango de vibración a otro. Además, es bien conocido el hecho de que entre el frío y el calor todos los diferentes grados no son más que cambios de vibraciones que nos hacen sentir a las cosas como frías o calientes. También se debe a los cambios de vibración el que la fragancia de las flores y los frutos se modifiquen. Un fruto maduro huele distinto del fruto que aún no ha madurado, y la calidad del fruto también puede distinguirse por el sentido del olfato, por medio de vibraciones. 

Esto muestra que todas las cosas que percibimos a través de los sentidos se nos hacen inteligibles, y que somos capaces de distinguirlas al sentir los distintos grados de vibración mediante nuestros sentidos. Damos nombres a este fenómeno de vibración: dulce, ácido o salado; verde, azul o rojo; frío, tibio o caliente. El propósito de cada sentido es la sensación de un fenómeno particular de vibraciones relacionadas con él: los ojos ven, los oídos oyen, la nariz olfatea.  

Los cinco sentidos difieren en su cualidad, y este asunto podría verse desde un punto de vista grueso, o desde una perspectiva más fina. El punto de vista grueso es el de la forma, que muestra de manera externa la diferencia de percepción entre un sentido y el otro. El punto de vista más fino se alcanza al distinguir el mecanismo de la capacidad inherente a cada órgano. La ciencia solo se aproxima a esta cuestión desde lo externo y no desde lo interno. Este es más etéreo; más sutil, más inexplicable, y entre más piensa uno en él, más aprecia la destreza del Creador.  

Sin embargo, el más íntimo sentido en nosotros percibe esas vibraciones de una manera bien distinta; no las percibe el mismo modo que los sentidos externos. Entonces uno ha de preguntarse si el sentido interno percibe, por ejemplo, un color como color, o si percibe una determinada sensación que pueda ser medida en números. La respuesta es que el sentido interno percibe el color, pero un color que es distinguido por el sentido externo. Lo que el sentido interno percibe es la sensación que ese color ofrece, su esencia. Y en cuanto a los números, [debemos aclarar que] entre más avanzamos en la vida interior, menos podemos contar números, pues estos pertenecen al mundo externo. El mundo físico es más distinguible, y por lo tanto podemos calcular números con facilidad, mientras que los mundos internos son menos definidos, y esto los hace más difíciles de calcular con números.  

Por ejemplo, cuando estamos oliendo una flor, escuchando un sonido o viendo un color, distinguimos esto como un olor percibido por la nariz, como un sonido escuchado por los oídos o como un color visto por los ojos. Pero lo que percibe en nosotros es el único sentido que está detrás de los cinco sentidos. Entonces, exteriormente todo lo que percibimos como una sensación es distinguido como esto y aquello, pero de inmediato llega una reacción, y esa reacción indica que nuestro sentido interno refleja lo que ha percibido en todos los órganos de los sentidos y en todos los nervios del cuerpo, tocando cada átomo de nuestro ser. Por esta razón no solo han escuchado los oídos, sino que en su reacción el sonido ha resonado en el cerebro, en la boca, en la garganta, en todo el cuerpo. Si se trata de una fragancia, esta ha tocado cada átomo de nuestro cuerpo; y si es un color, este no solo ha tocado nuestros ojos, sino que ha esparcido su influencia sobre cada átomo de nuestro ser. 

Si bien nuestra primera impresión es que hemos escuchado música, visto un bello cuadro o degustado un delicioso sabor, sin embargo, en realidad podemos decir en términos generales que hemos vivenciado cada sensación que llega a nosotros a través de cada átomo de nuestro cuerpo. Y si esto es así, entonces todos los colores, sabores, perfumes y sonidos tienen su efecto particular y definido sobre nuestra salud, nuestros estados de ánimo, y la condición de nuestra mente.  

Continuará… 

Traducido por Vadan Juan Camilo Betancur Gómez 

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