Hazrat Inayat : What is a Sufi? pt II (Spanish version)

Hazrat Inayat : ¿Qué es un Sufí? pt II 

Habiendo hablado en términos generales sobre el ideal del Sufí, Hazrat Inayat Khan comienza ahora a abordar el camino de la iniciación en la escuela espiritual del Sufismo. 

Al considerar la cuestión de ser iniciado en la Orden Sufí [la Escuela Interior del Movimiento Sufí], existe en primer lugar la inclinación a conocer algo diferente de lo que se enseña en el mundo. Se siente el deseo de buscar algo, aunque no se sabe qué. Uno siente que los opuestos, el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, el amigo y el enemigo no están tan alejados como uno solía pensar. Al mismo tiempo, el corazón se siente más compasivo que nunca, y el sentido de la justicia hace que uno desee juzgarse a sí mismo antes de juzgar a los demás. Todo esto demuestra que uno puede buscar un guía a través de estos caminos desconocidos. 

Luego está el sentimiento, especialmente después de leer o escuchar algo sobre el sufismo, de que uno ya es realmente un sufí, de que uno es uno con el círculo de los sufíes. Ahora uno puede sentirse atraído por el espíritu del Maestro de cuya mano se puede tomar la iniciación. 

Y en tercer lugar está la sensación, tras estudiar los libros publicados por el movimiento, o tras hablar con el Pir-o-Murshid, de que el mensaje es auténtico. 

Entonces surge la pregunta: ¿qué se entiende por iniciación? La iniciación, o en términos sufíes bayat, tiene que ver en primer lugar con la relación entre el alumno y el Murshid. Se entiende que el Murshid es el consejero en el camino espiritual. No da nada ni enseña nada al alumno, al mureed, porque no puede dar lo que éste ya tiene; no puede enseñar lo que su alma siempre ha sabido. Lo que hace en la vida del mureed es mostrarle cómo puede despejar su camino hacia la luz interior por sí mismo. Este es el único propósito de la vida del hombre en la tierra. Uno puede alcanzar el propósito de la vida sin una guía personal, pero intentar hacerlo es como un barco que atraviesa el océano sin brújula. Tomar la iniciación, por lo tanto, significa confiarse a un guía espiritual en lo que respecta a los asuntos espirituales. 

Lo siguiente que hay que decidir es, si debo tener un guía personal, ¿a quién tomaré como guía? No hay ningún sello de espiritualidad o de perfección marcado en la frente de un hombre que nos permita decir: “Este es el hombre de cuya mano debemos tomar el bayat”. Ni su apariencia ni sus palabras son prueba de su valía. Lo único en lo que se puede confiar es en la atracción de su alma en nuestro corazón. Aun así, uno debe convencerse de si es el mal el que apela al diablo en uno, o Dios el que apela al bien en uno. 

Hay tres maneras de confiar. Una es no confiar en una persona hasta que demuestre con el tiempo que es digna de confianza. Para aquellos que confían de esta manera no habrá ninguna ganancia satisfactoria en este camino, porque seguirán, como un espía, probando y probando al Murshid con sus ojos enfocados hacia abajo. De ahí que sólo puedan ver el yo imperfecto del maestro, y nunca serán capaces de ver la belleza del yo perfecto, por encima y más allá de los límites de su visión. 

Continuará… 

Traducido por Inam Anda 

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