Hazrat Inayat : What is a Sufi? pt X (Spanish version)

Hazrat Inayat : ¿Qué es un Sufí? pt X 

Después de considerar la creencia de un sufí, Hazrat Inayat Khan aborda ahora la cuestión del bien y el mal, la moralidad de un sufí. 

Con respecto a la actitud de los sufíes hacia el bien y el mal -que son creados por el hombre- uno puede preguntarse, ¿cómo entonces puede importar lo que una persona haga? 

La respuesta es que importa a aquellos a quienes importa, y no importa a aquellos a quienes no importa. A este respecto, si el sufi tiene que decir algo a su seguidor, es lo siguiente: abstente de hacer aquello que te impida cumplir el propósito de tu vida interior y exterior. No actúes en contra de tu ideal, porque eso nunca será satisfactorio para ti; no estarás satisfecho contigo mismo, y esta falta de armonía en tu interior y en tu exterior impedirá la paz, que es el anhelo de tu vida, sin la cual la vida se vuelve infeliz. El “bien” es el camino recto que el alma se inclina a seguir en la vida, pero cuando uno se extravía, abandonando el camino recto en la vida, ya sea por negligencia o ignorancia, o debido a la debilidad, o por la atracción de alguna tentación en el camino, se puede decir que eso está mal. 

¿Qué es el bien y qué es el mal? Hay dos respuestas a esta pregunta. En primer lugar, se puede decir: bueno es aquello que consideras bueno, y cuyo efecto te es agradable tanto en su principio como en su fin. El mal es aquello que consideras malo y cuyo efecto te es desagradable tanto al principio como al final. Si el bien y el mal no tienen un efecto agradable o desagradable al principio, o tienen un efecto contrario al principio, al final se verá si son realmente agradables o desagradables. La segunda respuesta es que todas las cosas que parecen buenas y malas son los extremos opuestos de una cuerda, y es difícil decir dónde termina el mal y dónde comienza el bien, pues se trata de términos relativos. Un bien menor parecería malo en comparación con un bien mayor, y el mal menor en comparación con el mal mayor parecería bueno. Si no existiera el mal, no se habría valorado el bien. Sin injusticia, la justicia no habría sido apreciada. Por lo tanto, toda la alegría de la vida se expresa en la dualidad. 

¿Por qué hay tanto sufrimiento en la vida, cuando Dios es descrito como misericordioso? Si Dios fuera un ser separado del hombre, y si se alegrara del sufrimiento del hombre, entonces se le podría culpar. Pero Él, como lo entiende el sufí, es quien sufre y quien padece, y sin embargo está más allá de todo sufrimiento. Este hecho puede comprenderse, no sólo creyendo en Dios, sino conociéndolo. Supongamos que tus manos dejan caer un gran peso sobre tus pies y los lastiman. ¿Son tus manos culpables? No, porque comparten el dolor con los pies, y aunque los pies parecen haber sido heridos, sin embargo, quien se siente herido es tu ser absoluto. En realidad, ese ser se siente herido, y por eso la mano comparte la herida del pie. Lo mismo ocurre con Dios. Nuestra propia vida es suya, y Él no está libre del sentimiento de alegría o de dolor que nosotros sentimos. En realidad, Él siente lo que nosotros imaginamos que sentimos, pero al mismo tiempo Su Ser perfecto le mantiene por encima de todas las alegrías y dolores terrenales; y nuestra imperfección nos limita, de modo que quedamos sujetos a todas las alegrías y dolores, por pequeños que sean. 

Continuará… 

 Traducido por Inam Anda 

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