Flores Tardías
En la naturaleza, todo llega a su propio tiempo. Es común que las plantas florezcan en primavera, y luego produzcan hojas, aunque algunas primero producen hojas y luego flores. Pero hay incluso algunas plantas que invierten la secuencia completamente. El azafrán de otoño, por ejemplo, algunas veces llamado “el hijo antes que el padre”, produce sus hojas en la primavera y solo cuando ya se han marchitado en el verano y desaparecido, el bulbo genera flores donde pareciera que ya no hubiera una planta para nada.
Podríamos tener en cuenta esta lección al leer la publicación reciente de Hazrat Inayat Khan sobre la manera de los sabios en el mundo. El texto comienza esbozando la debilidad fundamental poco halagadora de los hombres, que todos y cada uno de nosotros queremos ser el único rey, controlando a nuestro capricho no solo a todos a nuestro alrededor, sino también todos los eventos y condiciones incluso el clima. Frente a este antecedente, Hazrat Inayat describe la forma en la que el sabio encuentra armonía en el mundo, bien sea a través del camino del santo que soporta todo sin decir nada, o del maestro, que empieza por conquistarse a sí mismo y continúa conquistando hasta que toda la naturaleza se inclina ante su impulso.
Mirándonos en el espejo, podríamos pensar “Bueno, usando mucha imaginación tal vez puedo ver algunos rastros de sacrificio – o una o dos pinceladas de esfuerzo hacia la maestría – pero para ser honesto, no soy ni un santo ni un maestro, entonces ¿Cómo puedo estar en harmonía con el mundo?” Pero como nos dice Hazrat Inayat Khan, lo que más importa es nuestra sinceridad. Nuestro esfuerzo genuino es lo que realmente cuenta, para nosotros y para el mundo a nuestro alrededor, porque es la sinceridad la que trabaja armoniosamente y da con valentía el primer paso de un viaje de mil millas.
Y si, ante nuestra mirada realista, si no parecemos ni a un maestro ni a un santo, no importa. Podemos siempre confortarnos con la esperanza de que, como el azafrán de otoño, podemos estar destinados por la Mano de la Providencia a ser flores tardías.
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel