Making it personal (Spanish translation)

Hacerlo Personal

Hazrat Inayat Khan contó la siguiente historia: cierta vez, un occidental se acercó a un oriental y le preguntó si podía enseñarle algo al respecto de los ‘misterios esotéricos’. La persona del oriente miró dubitativa al occidental, y luego le dijo: “Disculpe, pero los misioneros de su país vienen regularmente a nuestra tierra para enseñarnos acerca de Dios. ¿Por qué me pregunta acerca de este conocimiento?”
“Oh”, dijo el occidental, “sabemos todo acerca de Dios, pero queremos saber sobre secretos esotéricos”. “Si sabe de Dios”, dijo el oriental, “no necesita nada más, eso es todo lo que hay”.

Es cierto que la palabra ‘Dios’ es ampliamente utilizada, pero obviamente, significa diferentes cosas para diferentes personas. Algunos, reaccionando contra los conceptos religiosos y las imágenes que ellos no entienden, (y creen, con esta reacción, que están libres de lo que rechazan) proclaman toda la idea como un mito. Otros, también dándole forma a su pensamiento según una enseñanza religiosa, dicen que ‘Dios’ está muy lejos del nivel humano – que tal vez iremos a su encuentro cuando dejemos este mundo, pero por ahora estamos por nuestra cuenta. Y otros, tal vez con un giro más filosófico, dicen: “Sí, puedo creer en un poder superior, pero no una “persona” con la que pueda hablar. Dios debe ser abstracto”. Y otros, no tantos quizás, lo conocen como su Compañero constante, un Amigo inquebrantable con Quien tienen el privilegio de compartir todo.

La cuestión de un Dios ‘personal’ ha desconcertado a muchos pensadores durante siglos. La palabra ‘personal’ en inglés puede tener varios significados; puede significar “perteneciente o relativo en particular a una persona”, como cuando decimos, por ejemplo, tengo un entrenador personal, o tengo un suministro personal de algo. Al pensar en Dios, sin embargo, significa ‘tener una personalidad’, con Quien se podría hablar, por ejemplo, y de Quien se podría esperar y recibir una respuesta a las preguntas o peticiones de uno.

Cuando el filósofo dice: “Dios es todo, más allá de nombre y forma, así que ¿cómo podría alguien decir que Dios es una persona? ¿Acaso prefiere café o té?” – Hay razón detrás de esto, sin duda, pero razón que no nos sirve. Es cierto que Dios está más allá de todas las limitaciones, y nunca puede ser descrito; describir depende de comparar, y no hay nada fuera de la Presencia Divina con qué compararla. Sin embargo, si uno busca tener una experiencia directa de la Presencia, hay que empezar desde algún punto que sea comprensible. Como Hazrat Inayat Khan indicó, las imágenes chinas de Buda tienen ojos chinos. Eso puede ser históricamente inexacto, pero las imágenes han permitido a devotos chinos acercarse a la paz y a la compasión de las enseñanzas del Tathagata.

Hay un sinnúmero de maravillas en este mundo de la creación, pero la más fina y sutil, la más atractiva y la que más se acerca a la perfección, es la personalidad desarrollada. Los grandes maestros no cambiaron el mundo tanto por lo que dijeron como por lo que eran; es la magia y el encanto de su personalidad lo que resuena a través de las edades. A Jesús se le atribuye la Regla de Oro (‘Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti’), pero este principio se puede encontrar en muchas tradiciones. El Maestro no inventó el principio (¿No dijo el mismo Jesús: “Yo no he venido a dar una nueva ley ‘?), sino que viviendo el principio y mostrándolo en la belleza de una Personalidad perfeccionada, le insufló vida que sigue vibrando hasta hoy.

Uno de los encantos de la personalidad desarrollada es que puede relacionarse con todos. Se puede decir que ve la belleza en la naturaleza, en las criaturas y las plantas y los insectos, y eso es cierto, en efecto, hay belleza allí. Pero las plantas y criaturas no miran más allá de su esfera, mientras que la personalidad perfeccionada se solidariza con los más humildes y alcanza a los más altos cielos.

Y, si admiramos al Creador por la obra de Sus manos, por el misterio de la flor y la belleza del canto de los pájaros, ¿no deberíamos también admirarlo por la belleza de la personalidad? Si vemos la inmensidad del cielo nocturno, y le atribuimos esa majestad a Él, si vemos el efecto benevolente de la luz del sol, y la gracia de la lluvia, y atribuimos esas cualidades a su Creador, ¿no deberíamos también concederle la belleza de la Personalidad?

La tarea del buscador, por lo tanto, es dar forma, a partir de su propia inteligencia, a la personalidad más perfecta imaginable, y poner esa personalidad ante sí como el rostro de Dios, a Quien ofrecemos nuestras oraciones y peticiones. De esa manera, Dios se vuelve muy personal, en ambos sentidos de la palabra. Al decir las palabras iniciales de la oración Saum, ‘Alabanza a Ti, Dios el más supremo’, ¿qué estamos alabando? ¿Tenemos algunas cualidades en la mente y el corazón? Si no es así, entonces ‘alabanza’ es tan solo una palabra vacía.

Claramente hablando, este hacer a un Dios personal es hacer al Divino Ideal del que Hazrat Inayat habla tan a menudo. Algunas personas, quizás, podrían dudar pensando, ¿mi creación no haría limitado a lo Divino? Pero eso es perder el punto; el propósito del ideal no es dar una descripción definitiva de lo Divino, sabemos que no es posible, sino el de ayudarnos a crecer – y nuestro ideal crecerá a medida que crecemos, siempre y cuando demos el primer paso en construirnos uno, por imperfecta que pueda ser nuestra visión de la perfección personal.

One Reply to “Making it personal (Spanish translation)”

  1. Juan Amin Betancur

    Del cuarto pensamiento sufí: “Hay una religión, el inmutable progreso en la dirección correcta hacia el ideal, que cumple el propósito de la vida de toda alma”. Y pienso que cualquier camino que nos desvíe de esto, no nos va a ayudar a hacerlo personal.

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