Salvador

La oración Salat comienza con el saludo, “Benignísimo Señor, Maestro, Mesías y Salvador de la humanidad”.  Aunque varias figuras son nombradas – Rama, Krishna, Shiva, Buda, Zaratustra, y así sucesivamente – la oración también evoca bellas imágenes cotidianas como la amorosa madre, el bondadoso padre y otros para indicar que no estamos dirigiéndonos a ningún profeta en particular, guía o santo, sino al divino Espíritu de Guía que se encuentra en todos los nombres y formas.

Necesitamos guía porque vivimos en confusión, en oscuridad, y es solo por la luz del entendimiento que podemos empezar a encontrar nuestro camino. Hemos sido separados de la Verdad por el velo de nuestra propia identidad temporal; somos nosotros mismos nuestra propia limitación, y debido a esa pesada cortina en nuestros ojos, tropezamos como una persona en un cuarto muy oscuro, chocando contra lo desconocido, cayendo e haciéndonos daño, perplejos y con miedo.

Algunas almas iluminadas han sido capaces de retirar el velo del “yo” y ver su camino claramente, guiados por la luz que fluye de su propio ser; ese es el significado de las “almas iluminadas” en cuya compañía viajamos “hacia el Uno”, en palabras de la “Invocación”.

Las almas iluminadas nos ayudan en todo cuanto les es posible, mediante enseñanzas, mediante sanación, guiando individuos y comunidades, pero no pueden vivir la vida por nosotros, ni nosotros lo querríamos, porque eso no cumpliría el propósito de la Creación. En otras palabras, tener fe en un gran Maestro puede abrirnos una puerta, pero eso no nos otorga un paso automático al estado de iluminación. El mayor regalo que una gran alma puede concedernos es simplemente servir como ejemplo de lo que es posible. No toda alma que viene a la tierra está destinada a ser un Profeta o un Mesías, este es un raro y especial destino, y sin embargo toda alma, por humilde o equivocada, porta en ella exactamente la misma chispa de luz Divina que los Profetas generosamente vierten como antorchas sobre toda la humanidad. Esa chispa interior es la única luz que puede salvarnos de nuestra ignorancia.

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel