Historias: Un poco Sorda
Sucedió una vez que la gente del pueblo del mulá Nasrudin se sorprendió al encontrarlo sentado en la esquina del mercado, con los ojos cerrados, gritando una y otra vez uno de los nombres sagrados de Dios.
La gente estaba acostumbrada al comportamiento impredecible del mulá, pero el ruido era algo molesto. Luego de un rato, uno de los aldeanos tuvo el coraje de golpear al Mullah en el hombro y decirle, “Excúseme mulá, ¿porque está gritando? ¿Piensa que Dios no puede escucharlo?”
El Mullah abrió los ojos y miró al hombre con sorpresa. “Desde luego que Dios puede escucharme”, dijo. “Escucha todo. Pero no estoy diciendo Su nombre para El. Lo estoy diciendo para mí”.
“Pero si lo está diciendo para usted, ¿porque está gritando?”
“Porque” dijo el mulá, “mi alma parece un poco sorda”
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel