Cuentos: Ser una hoja en blanco 

Había una vez un rabino que recibió la visita de un hombre lleno de quejas sobre la vida. Mientras el rabino le escuchaba, el hombre le describió la miseria de su salud: ojos, oídos, dientes, articulaciones, digestión, ¡lo que se te ocurra! – el egoísmo de su mujer y sus hijos y la intrigante maldad de sus socios de negocios. Hasta el clima parecía estar en su contra. 

Finalmente, el rabino le dijo: “Con tantas quejas, deberías escribir una carta a Dios”. 
“¿De qué serviría?”, preguntó agriamente el hombre. 

El rabino respondió “Teniendo en cuenta tu estado, ¿qué daño podría hacerte?”, y finalmente convenció al hombre de que una carta en ese momento era la única estrategia dadas las circunstancias. Entonces, sacó de su escritorio una pluma y un trozo de papel que puso delante del hombre. Pero la hoja ya estaba cubierta de escritura, en cada esquina, por ambos lados, de abajo hacia arriba.  

El hombre miró consternado al rabino. “Rabino, ¿cómo voy a escribir si la hoja ya está llena?”. 

 “¿Y no crees que Dios dice lo mismo?”, respondió el rabino. “Cada uno de nosotros es una hoja de papel en la que Dios desea escribir. Si estamos llenos de quejas y prejuicios, no hay lugar para Su pluma. Si somos una hoja en blanco, escribe lecciones para nosotros en cada momento de nuestra vida”. 

Traducido al español por Arifa Margarita Rosa Jáuregui