Cuentos: La consecuencia del soborno
Sucedió una vez que el Mulá Nasrudín, a pesar de su sabiduría ─o como dirían sus enemigos, debido a ella─, se vio enredado en una disputa legal. ¡Esas cosas suceden! ¿Quién en este mundo turbulento puede esperar tener una vida sin conflicto?
A medida que se acercaba el día en la corte, el Mulá se preocupaba más y más. Su posición no era muy fuerte, y perder el caso sería catastrófico para él. Así que fue a visitar a un hombre que sabía que era muy amigo del juez que presidiría el caso.
Habiéndole explicado la situación al hombre, el Mulá preguntó, “¿tú qué piensas, mi amigo? ¿Será que un regalo apropiado persuadirá al juez para que decida justamente a mi favor?
─¿Un regalo?─ exclamó el hombre─ ¿Te refieres a un soborno?
─Bueno─ dijo el Mulá─ llámalo un tributo a su honestidad.
─Mulá─ dijo el hombre con severidad─ te lo advierto. El juez es un hombre muy correcto, y si intentas influir en él de esta forma, seguro se va a ir contra ti. Sé de un caso en que alguien intentó sobornarlo, y él no solamente decidió en su contra, sino que también lo envió a prisión. ¡Saca esta idea de tu cabeza!
─Entiendo─ dijo el Mulá solemnemente─ gracias por tu consejo.
Algunas semanas después, el hombre se abalanzó hacia el Mulá para felicitarlo calurosamente por su victoria en la corte.
─Tu caso debía ser más fuerte de lo que pensabas─ le dijo ─El juez fue muy fuerte en su decisión. Dijo que los hechos hablaban por sí mismos.
─Bueno, sí…─dijo Nasrudín─ pero tal vez también sirvió el dinero.
─¡¿El dinero?! ─ dijo el hombre desconcertado─. ¡No me dirás que le enviaste un soborno después del consejo que te di!
─Sí ─contestó Nasrudín─ lo hice, pero a nombre del oponente.
Traducido por Prajnabai Mariana Betancur