Muy, muy grande
Había una vez, un pequeño estanque, el hogar natural de una pequeña tribu de sapos. Los sapos vivían ahí tal y como la gente de cualquier lugar, preocupados de sus propios asuntos, riñendo y discutiendo de vez en cuando, y luego, cuando se animaban, cantando juntos en coro. Pero entre ellos había un sapo inquieto y que le gustaba pasear y un día su paseo lo llevó a una pradera cercana. Saltando por la espesa hierba, de repente se paró asombrado, porque ahí, en su delante estaba algo que nunca había visto: un enorme buey. Se extendía sobre el tanto que ocultaba el sol y sus inmensas pezuñas se hundían en el húmedo suelo de la pradera haciendo charcas, suficientemente grandes, como para que el sapo pudiera nadar. Cuando el buey resoplaba le parecía al sapo que resonaba un trueno.
Por un rato, el sapo se sentó y miró boquiabierto y con los ojos exorbitados, estupefacto mientras el buey arrancaba de raíz inmensas bocanadas de hierba. Luego, lleno de emoción, trepó de vuelta al estanque para contar a los otros lo que había visto.
“Olvidemos nuestras pequeñas preocupaciones” les dijo. “¡No somos nada! Hay una criatura enorme. ¡Inmensa! Más grande que todo lo que han visto.”
Los otros sapos estaban escépticos. “Que tan grande” dijeron “Muéstranos.”
El pequeño sapo se hinchó. “Muy grande” dijo. “Incluso tapa el sol.”
“No es tan grande” dijeron los otros. “Hemos visto cosas más grandes.”
“No entienden” insistió el sapo. “¡Muy, muy grande!” y se hinchó más, tanto que dobló su tamaño.
“Aún no es mucho” dijeron los otros desestimándolo. “A lo mejor fue un sueño.”
“No fue un sueño” declaró el sapo. “¡Fue real! y grande, grande, ¡GRANDE!” y para mostrarles se hinchó más y más – pero entonces, con un estallido, reventó, y el pequeño sapo dejó de existir.
Los otros sapos, en cuya naturaleza no estaba pasear, nunca llegaron a conocer al enorme buey – y si tiempo después uno que otro llegó a la pradera, jamás trató de contar a los otros lo que había visto.
Tr. Baasit Patricio Carrillo
Qué divertida y sabia forma de enseñarnos con este cuento la búsqueda del camino espiritual. Si percibes el Misterio y te hinchas hablando de él en vez de invitar a otros a explorar, te revientas, y si no exploras por ti mismo, jamás tendrás la experiencia de lo Oculto…muchas gracias Nawab!