Día del Visalat 2024
Hoy, 5 de febrero, personas de todo el mundo celebran la vida de Hazrat Inayat Khan. Tal vez hayan seguido sus enseñanzas, o leído sus inspiradoras conferencias y sus preciosas frases en el Gayan que brillan como joyas vivas, o hayan sentido la magia de su personalidad, y por eso recuerdan la fecha en que falleció en Delhi en 1927. Pero hay otros, un número imposible de rastrear, que puede que no sepan nada del significado de esta fecha, y puede que ni siquiera conozcan el nombre del santo que trajo el sufismo a Occidente, pero que, si lo supieran, también abrirían sus corazones en gratitud porque de alguna manera sus vidas y sus espíritus se han elevado por el poderoso mensaje de amor, armonía y belleza que Pir-o-Murshid dio no sólo a sus estudiantes sino a todo el mundo.
Es una costumbre particular de los sufíes celebrar la fecha en la que muere un gran ser, una costumbre que parece desentonar con la forma en la que normalmente se considera la muerte, pero es porque un ser realizado ha ido más allá de la sombra del miedo, y pasa de este mundo al siguiente con la misma facilidad con la que nosotros podríamos pasar de una habitación de nuestra casa a otra. Es más, es una transición gozosa porque significa dejar atrás por fin la limitación del mundo físico e ir al hogar del Amado Divino. La palabra “Urs”, que a menudo se aplica a este día, significa boda.
El día de hoy, estemos dichosos por nuestro amado Hazrat Inayat Khan, y estemos también agradecidos – a él por su vida de sacrificio, y a la Voluntad Divina que nos lo envió para que nos ayude con su guía, a través de nuestra confusión, hacia la luz de la verdad que está eternamente esperando por todos.