Creador. Sustentador. ¿Y…?
Debido a la presente convulsión en el mundo, es frecuente tener conversaciones sobre temas profundos – por ejemplo, sobre el propósito del sufrimiento, o ¿no tiene absolutamente ninguno? Para alguno dicha situación de la pandemia trae a su mente la figura india de Shiva, la tercera de las tres grandes deidades del panteón hindú. En esa religión, Brahama es el Creador, la Divina Mente que creó el mundo de la nada y dio el primer Mensaje sagrado en los Vedas. El sustentador es Visnú, el que mantiene todas las cosas fluyendo, y Krishna el tierno amante que toca su flauta y hace danzar al mundo, es un avatar o la reencarnación de Visnú. El tercer personaje es Shiva, que es usualmente visto como el destructor, aquel que lleva todo a su fin, y con frecuencia es representado con su frente tiznada de cenizas de las ghats*ardientes o campos de cremación.
En Occidente, tenemos cierta dificultad para ver a la divinidad en un trabajo de destrucción. Las oraciones Sufíes dicen que Dios es la perfección del amor, armonía y belleza, pero podríamos preguntarnos ¿dónde podemos encontrar amor o belleza en el doloroso caos de la enfermedad, la disolución y la muerte?
Para poner esto en contexto puede ser útil recordar que, en la comprensión espiritual, todo lo que tiene un nombre o forma solo es un velo sobre el Creador. Admiramos la intoxicante belleza del mundo, pero lo creado no puede perdurar; siempre viene y va y algún día es olvidado. Esto significa que Dios, eternamente presente, permanece invisible; Esta oculto en Su siempre cambiante Creación. Y, aun así, siendo infinito Amor, anhela ser conocido; es su anhelo reflejado en el corazón humano lo que hace que lo busquemos. El trabajo del camino espiritual, entonces, es trascender las limitaciones del mundo hasta reconocer la eterna Verdad que todo lo compenetra, y Shiva es el epítome de aquel que voluntariamente deja todo atrás para realizar esa búsqueda. Si Shiva representa destrucción, es solo la destrucción del apego por el bien de la Verdad que puede así revelarse.
Desde el punto de vista espiritual, entonces, esperaríamos vislumbrar algo a través de los dolorosos cambios que el mundo está experimentando – una luz divina, si tan solo estamos dispuestos a soltar los velos a los cuales hemos estado aferrados.
*ndt: El término ghat, tal como se utiliza en muchas partes del Asia del Sur, designa una escalinata o graderío que conduce hasta un río, un lago, un estanque o una piscina (Wikipedia).
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel
Gracias querido! Nawab