Vislumbres: El honor del Rey
La vida de Hazrat Inayat Khan atravesó notables transformaciones en el principado de Hyderabad, principalmente por dos hombres que él conoció ahí. Uno, por supuesto, fue la gran y santa alma destinada a ser su guía espiritual, Sayyad Abu Hashim Madani. El otro fue su alteza Mir Mahebood Ali Khan, el Nizam y gobernante de Hyderabad.
El Nizam fue una figura compleja; entre las cortes reales de la India en ese tiempo, la suya era la más rica e ilustre, y fue en parte ese esplendor y refinamiento cultural lo que llevó a Inayat allí, a buscar sofisticados oyentes para su música. En su estilo personal, se decía que el Nizam era extremadamente suntuoso, con un ala de su palacio llena de un enorme guardarropa, y según se dice nunca usó dos veces la misma ropa. Sin embargo, había otro aspecto en él que no todos reconocían. Cuando había inundaciones abrió el palacio para alojar a los damnificados, y pagó deudas inmensas de sus nobles. También tuvo una naturaleza mística, y desarrollo la habilidad de curar mordeduras de serpiente; dio órdenes de que, si alguien era mordido, debían llamarlo, incluso si estaba dormido, y con el tiempo su poder creció al punto que era suficiente con que él le hablara al herido por teléfono. Y cuando Inayat logró conocer al Nizam (con la ayuda de la bendición de un derviche) y fue invitado a tocar y cantar en privado para él, el Nizam lo recibió vestido de manera muy simple, sentado sobre el tapete como una forma de honrar a Inayat y su arte.
La siguente pequeña anécdota, en palabras de Hazrat Inayat, da un vistazo adicional de la naturaleza y carácter del Nizam.
Una vez, el Nizam de Hyderabad caminaba por el campo, y un caballero pudo ver una espina en su zapato. Corrió antes de que el asistente la viera y sacó la espina del zapato del rey.
El rey miró hacia atrás y dijo, “¿No había asistentes presentes? Era para ellos, no para ti. Y ya que has tomado esa tarea, no puedes continuar siendo caballero. Por favor retírate.”
No es por la humildad de su entorno que un rey se exalta; es el sentido de honor que se expresa en su entorno lo que hace a un rey un rey verdadero.
Traducido por Baasit Patricio Carrillo