Hazrat Inayat : Aspects of Sufism pt IX (Spanish version)

Hazrat Inayat: Aspectos del Sufismo pt IX 

En la publicación anterior, Hazrat Inayat Khan comenzó a ilustrar el trabajo en el mundo del Espíritu de la Profecía por medio de una alegoría, que concluye a continuación. 

Los mayores, endurecidos en sus maneras, no le hacían caso, y los pequeños eran demasiado jóvenes para entender, pero los del medio, que escuchaban sus palabras, lo seguían en silencio, conquistados por su magnetismo y encantados con su amorosa personalidad. 

Los guardianes comenzaron a alarmarse pensando que los niños a su cargo pudieran ser tentados y arrebatados. Pensaban, “Algún día incluso los que quedan podrían ser encantados por su magia; y nuestro control sobre ellos, junto con la posesión de su riqueza y nuestra comodidad en su hogar, y nuestra importancia y honor ante sus ojos, todo se perderá si dejamos que esto se prolongue”. Se decidieron a matarlo e incitaron a los restantes hermanos en su contra, expresando ante ellos pesar porque sus queridos hermanos estaban siendo descarriados y alejados de su hogar y comodidades por un discurso carente de fundamento.  

Fueron donde el hombre y lo arrestaron, lo ataron de pies y manos y lo arrojaron al mar. Pero los niños que habían visto en él su guía y hermano se afligieron y lo lamentaron. El hermano los consoló diciendo. “volveré nuevamente donde ustedes, Oh, hijos de mi padre, no pierdan la esperanza, y las cosas que no entendieron siendo jóvenes, les serán enseñadas por completo; y como esta gente se comportó tan duramente conmigo, les será mostrado lo que es no prestarle atención al mensaje de nuestro padre traído por su propio hijo; y ustedes serán iluminados, Oh hijos de mi padre, con la misma luz con la que vine a ayudarlos”. 

El hombre era un nadador experto. El mar no tenía posibilidad de ahogarlo. Les pareció que se había hundido, pero luego sacó sus manos y pies de los nudos, subió a la superficie y empezó a nadar con maestría, como le habían enseñado. Fue donde el padre al desierto y le contó toda la experiencia en su largo viaje y le mostró su amor y deseo de obedecer su voluntad y deseo de cumplir todos sus mandamientos, yendo nuevamente donde los hijos de su padre con renovada fuerza y poder, para llevarles ese ideal que era el único deseo de su padre. 

Un portador del mensaje del padre apareció de nuevo luego de algunos años. No insistió en probarse a sí mismo ser hijo de su padre, pero trató de guiarlos y ayudarlos hacia el ideal establecido por su padre para ellos. Los guardianes, molestos de nuevo por el que vino y se fue, lo insultaron, lo apedrearon y lo expulsaron de su vista, pero él, renovado en su poder, fuerza y valentía, y teniendo fresca la poderosa influencia de su padre lo resistió valientemente con espada y escudo y buscó refugio entre aquellos hermanos que respondieron y se compadecieron con él en su última venida. Ellos dijeron, “Con seguridad aquel que vino antes era de nuestro padre, aquel que nuestros hermanos no reconocieron y hundieron en el mar, pero nosotros estamos esperando su venida, porque nos prometió que volvería”. Él respondió, “Soy yo mismo quien prometí, y fui donde nuestro padre, y ahora he regresado, porque la promesa dada a ustedes era de dos naturalezas: “Vendré de nuevo” fue dicho para aquellos que pudieran reconocerme en un traje diferente adaptado al tiempo y la situación. “Enviaré a otro” u “Otro vendrá” se dijo para los que podrían llegar a confundirse por el traje externo. Se les dijo para que no rechazaran el mensaje de guía enviado por el más amoroso padre”. Ellos entendieron mejor su palabra, pero se negaron a reconocer que fuera el primero, que habían visto antes y ahora esperaban. Él habló, y mostró en sus acciones los signos de su padre, pero se aferraron a la persona que habían visto antes, olvidando su palabra y a su padre. 

Pero los pequeños, que no lo habían conocido antes, sintieron el vínculo de la relación de sangre pues ni sus corazones se habían endurecido ni tenían fuertes sus ideas. Lo amaban, y lo reconocieron más de lo que lo habían hecho en su experiencia de la primera venida, mientras que los otros hermanos bajo la influencia de los guardianes lucharon y se revelaron en contra de todo lo que este hombre hizo. Pero, pese a toda su resistencia y el dolor que le habían causado, guiaron a los hijos de su padre, tanto como pudieron hasta que el nombre de su padre fue de nuevo glorificado y sus hermanos fueron guiados, directa o indirectamente, a través de las encrucijadas de la vida y los secretos de los cielos. 

Esta historia ilustra lo que ocurrió en la vida de los mensajeros, especialmente de Jesús y Mahoma, aunque los términos de Padre, Hijo, Hermano son puramente metafóricos. Solo ha habido un Maestro, y solo habrá uno. Todos los nombres que el mundo ha atacado son Sus nombres, y todas las formas físicas que han merecido la adoración del mundo de la búsqueda de la verdad son Sus formas. Entonces, aunque los necios rechazan el mensaje, existen sabios que lo aceptan. 

Continuará… 

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel 

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