Hazrat Inayat: El ego vive para siempre

A menudo, el sendero espiritual se entiende como el duro camino de aplastar ese monstruo mortal, el ego; es el ego resbaladizo y con muchos brazos el que nos impide conocer lo Real, y es sólo cuando el “enemigo” se encuentre sin vida ante nosotros que seremos libres. Pero hay una diferencia entre el ego “verdadero” y el falso, o entre el ego y su falsa proclama, como Hazrat Inayat Khan lo aclara al responder la siguiente pregunta:

P: Al aniquilar el ego falso, ¿queda completamente y para siempre destruido, o debe todavía existir en el mundo-mente?

R: El ego nunca es destruido; es lo único que vive y este es el signo de la vida eterna. En el conocimiento del ego está el secreto de la inmortalidad. Cuando lees en el Gayan: “La muerte muere, la vida vive”, es el ego el que es vida. Es su falsa concepción lo que es la muerte. Lo falso debe caer un día, lo verdadero debe ser siempre, y así es el caso de la vida. ¿No vemos esto con nuestro propio cuerpo? Las cosas que no pertenecen allí no permanecen en él; en la sangre, en las venas, en todas partes, el cuerpo no las guardará. Él las repelerá, y así es en cada esfera. No toma lo que no le pertenece. Todo lo que está fuera, lo mantiene afuera. Lo que pertenece a la tierra se mantiene en la tierra, el alma lo repele. Y la destrucción del ego es una palabra. No es destruir, es descubrir. Muy a menudo la gente tiene miedo cuando lee en los libros budistas que la interpretación de ‘nirvana’ es aniquilación. Nadie quiere ser aniquilado, y la gente tiene mucho miedo cuando lee “aniquilación”. Es sólo cuestión de una palabra. Esto mismo en sánscrito es una palabra hermosa. Lo mismo es la palabra “fana” de los Sufis. Traducido al inglés, es “aniquilación”, pero cuando lo entendemos, es “pasar por”. ¿Y pasar por qué? Pasar a través de la falsa concepción, que es la primera necesidad, y así llegar a la verdadera realización.

Traducido por Juan Amin Betancur