Hazrat Inayat : Intoxication pt V (Spanish version)

Hazrat Inayat : Intoxicación parte V 

Hazrat Inayat Khan comienza ahora a hablar de las formas “superiores” e “inferiores” de intoxicación. La publicación anterior de la serie está aquí

La no-intoxicación es muy difícil de encontrar. El efecto intoxicante de la vida es abrumador y aleja al hombre de una clara comprensión. Por lo tanto, por muy avanzada que esté una persona en la vida espiritual, nunca puede estar demasiado segura de que no se intoxicará; porque experimenta la intoxicación en todo lo que hace. Por eso no se puede ser demasiado consciente, nunca. Hay muchos que están confundidos, que no saben lo que están haciendo; pero una persona consciente no duda. Siempre está bien despierta, y siempre sabe si ha hecho bien o no. Hace lo que cree que es correcto, y cuando eso resulta ser incorrecto, se encargará de que sea correcto la próxima vez. 

La intoxicación superior no puede compararse con la intoxicación inferior de este mundo, pero sigue siendo una intoxicación. ¿Qué es la alegría? ¿Qué es el miedo? ¿Qué es la ira? ¿Qué es la pasión? ¿Qué es el sentimiento de apego y qué es el sentimiento de desapego? Todos ellos tienen el efecto del vino, todos producen embriaguez, intoxicación. 

Comprendiendo este misterio, los Sufis han basado su cultura sobre el principio de la intoxicación. Llaman a esta intoxicación Hal, y Hal significa literalmente condición o estado. Hay un dicho de los Sufis, “El hombre habla y actúa de acuerdo a su condición”. Uno no puede hablar o actuar de forma diferente al vino que ha bebido. En aquel que ha bebido el vino de la ira, cualquier cosa que diga o haga es irritante; en aquel que ha bebido el vino del desapego, no encontrarás nada más que desapego en su pensamiento, discurso y acción; en aquel que bebe el vino del apego, encontrarás en su presencia que todo es atraído hacia él y que él es atraído hacia todo. Todo lo que una persona hace y dice es según el vino que ha tomado. Por eso el Sufi dice: “El cielo y el infierno están en la mano del hombre, si sólo conociera su misterio”. Para un Sufi el mundo es como una cava, un almacén en el que se colectan toda clase de vinos. Sólo tiene que elegir qué vino va a tomar y qué vino le proporcionará el deleite que es el anhelo de su alma. 

Una vez tuve una experiencia en la India que fue mi primera impresión, y de hecho una impresión muy profunda, de este aspecto de la vida. Paseando por un distrito donde los derviches vivían en soledad, encontré a diez o doce derviches juntos, sentados bajo la sombra de un árbol con sus ropas harapientas, hablando entre ellos. Como tenía curiosidad por escuchar y ver a personas de pensamientos e ideas diferentes, me quedé allí observando esta asamblea para ver qué ocurría. Estos derviches, sentados en el suelo sin alfombra, daban al principio una impresión de pobreza y desamparo, sentados allí con decepción, probablemente sin posesiones. Pero cuando empezaron a hablar entre ellos esa impresión no se mantuvo, pues cuando se dirigían unos a otros decían: “Oh, Rey de reyes, Oh, Emperador de emperadores”. Al principio me sorprendió escuchar estas palabras, pero después de reflexionar un poco me pregunté: ¿qué es un emperador? ¿qué es un rey? ¿El verdadero rey y emperador está adentro o afuera? Porque el que es emperador del imperio exterior depende de todo lo que está fuera. En el momento en que se separa de ese entorno ya no es un emperador. Pero estos emperadores, sentados en el suelo desnudo, eran verdaderos emperadores. Nadie podía quitarles su imperio, porque su imperio, su reino, no era una ilusión, su reino era un reino real. Un emperador puede tener una botella de vino delante de él, pero estos emperadores se habían bebido ese vino y se habían convertido en verdaderos emperadores. 

Continuará… 

Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J. 

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