Hazrat Inayat: El desarrollo de la personalidad pt. I 

Hazrat Inayat Khan habló extensivamente sobre el arte, como por ejemplo en esta serie de publicaciones, en las que vincula ese tema con el desarrollo de la personalidad. 

Es tan importante pensar en el desarrollo de la personalidad como pensar en la espiritualidad. Un poeta de Delhi dice: “Si Dios hubiera creado al hombre para ofrecerle oraciones, hay muchos ángeles para hacer esto. El hombre fue creado para convertirse en humano”. 

Muchos piensan que la naturaleza es más grande que el arte. Yo digo: el arte perfecciona la naturaleza. Alguien me dijo con orgullo: ‘Mis padres me criaron como una planta’. Y yo dije: ‘Es una gran lástima’. Cuando la gente dice que uno debe dejar a los niños solos, dejarlos ir por su propio camino, esto significa que, aunque viven en el mundo que es en sí mismo una obra de arte, no dan a sus hijos ninguna educación en ese arte, que es necesario para vivir en este mundo. Con esto no quiero decir que uno no deba ser natural. Uno debe desarrollarse naturalmente, porque si uno permanece subdesarrollado, pierde mucho. Incluso si uno fuera una persona espiritual, si la personalidad no se desarrollara, le faltarían muchas cosas en la vida. La personalidad debe desarrollarse. Los padres piensan muy poco en esto hoy en día; piensan que son ideas pasadas de moda; estar de moda es pasar por alto todas estas cosas. Pero digo que no es así en absoluto; es la moda pensar en ello de esta manera. 

La individualidad es una cosa y la personalidad es otra. Un alma nace como un individuo, pero sin personalidad. La personalidad se construye después de que uno nace. Lo que ha traído el alma son manos, piernas y rostro, pero no personalidad; esto se hace aquí en la tierra. 

Muy a menudo, la gente ha tomado el camino ascético y ha ido donde podía mantenerse alejado del mundo. Como no se preocupaban por la personalidad, por el yo, se mantenían apartados de la multitud. De esta manera, son libres de ser como deseen; si quieren ser como un árbol, una planta o una roca, pueden hacerlo. Pero al mismo tiempo, cuando se trata de personalidad, es algo diferente. Puedes tener una manera o no tenerla; puedes tener un ideal o no tenerlo; puedes tener principios o estar sin ellos; puedes ser convencional o no. Todas estas cosas tienen su lugar; manera, convencionalidad, principio, ideal, todos tienen su valor en la vida. Y el que anda sin pensar en ninguna de estas cosas es como un caballo salvaje suelto en la ciudad, corriendo de aquí para allá, asustando a todo el mundo y causando mucho daño. Eso es lo que es una personalidad inexperta. La cultura real es una cuestión de personalidad, no de matemáticas, historia o gramática. Todos estos diferentes estudios son estudios prácticos, pero el verdadero estudio es cómo desarrollar la personalidad. Si usted es un hombre de negocios, un abogado, un profesional, un industrial, un político, cualquiera que sea su ocupación en la vida, se ve obligado a tener una personalidad en todos los ámbitos de la vida. Es la personalidad del vendedor la que vende, no siempre la mercancía. En el caso de un médico, es su personalidad la que puede sanar y curar a una persona mucho antes que la medicina. 

Hay cuatro grados diferentes de evolución, y estos difieren según los cuatro tipos diferentes de personalidad. Una persona nace en él o una persona evoluciona a través de él. El primer grado se llama ammara en términos sufíes, y denota una persona que es grosera y cruda, irreflexiva y maleducada. Y los malos modales están relacionados con la mala suerte, de modo que siempre que hay irreflexión, hay un fracaso relacionado con ella; cuando hay ceguera siempre hay un desastre. Este es el primer tipo de persona. 

Continuará… 

Traducido por Yaqín Anda