Hazrat Inayat : The Soul, Whence and Whither? pt XXV (Spanish version)

Hazrat Inayat: El Alma, de Dónde y Hacia Dónde  pt XXV 

Hazrat Inayat Khan continúa explicando la experiencia del alma a través de la manifestación, ahora haciendo referencia a los centros internos. La publicación anterior está aquí. 

La mayor infelicidad que siente una persona proviene de la falta de maestría; la infelicidad viene cuando, conociendo su maestría, sin embargo, no puede practicar aquello que conoce. La tristeza proviene de la limitación, limitación en diferentes formas: falta de percepción, falta de poder sobre uno mismo, o sobre las condiciones, o de la falta de esa sustancia que es la felicidad misma, que es el amor. 

A veces hay falta de comprensión, aunque puede haber amor, o falta de amor por falta de comprensión; puede haber ambas cosas y falta de poder. Si el amor ha alcanzado la perfección, alcanzará los tres poderes; cuando el amor se convierte en poder, se convierte en comprensión. La naturaleza del amor es como la naturaleza del agua en las profundidades de la tierra. Si uno no cava lo suficientemente profundo encuentra arena, no agua; pero cuando uno cava lo suficientemente profundo encuentra agua. Muchos amantes de Dios pierden la paciencia, la confianza y la esperanza; han tocado la arena y no han llegado al agua, pero cuando han cavado lo suficientemente hondo encuentran agua pura. 

Así como hay diferentes órganos de los sentidos, también hay cinco centros de percepción internos. Estos centros son sedes de las facultades intuitivas. Dos de ellos son de gran importancia: el corazón y la cabeza. Si el entrenamiento Sufi difiere del de los Yoguis, es en el entrenamiento de estos dos centros juntos, por el cual el Sufi logra el equilibrio. La cabeza sin el corazón muestra un intelecto seco. El corazón sin la cabeza representa una condición desequilibrada. El equilibrio es el uso de ambas facultades. El entrenamiento sufi se basa en este principio. 

Los centros pueden compararse al espacio que uno encuentra en la manzana. Es un Akasha, una acomodación, donde no sólo se percibe el olor, el tacto, el oído y la vista, sino incluso el pensamiento y el sentimiento de otro; se percibe la condición en la atmósfera, el placer y el disgusto del prójimo, y si el sentido de la percepción es más agudo, entonces se puede percibir incluso el pasado, el presente y el futuro. Cuando el hombre no percibe de esta manera no significa que sea extraño a su naturaleza; sólo significa que el alma no ha desarrollado ese poder de percepción en su cuerpo. La ausencia de una percepción tan fina causa naturalmente depresión y confusión, porque el alma anhela una percepción aguda; y se siente confusa, y a veces agitada, debido a la falta de una percepción más completa, como la persona que es ciega siente agitación nerviosa, porque el anhelo interior es ver, y cuando el órgano de la vista falla se agita. 

Esta es generalmente la causa en muchas almas que se sienten inquietas. Y la vida que vive el hombre es una vida de artificialidad, que trabaja en su contra. No es necesario leer las tradiciones antiguas para descubrir la verdad sobre esto. Hoy en día en las personas que viven una vida menos artificial, una vida más simple, una vida en y cerca de la naturaleza, las facultades intuitivas son más agudas, y estas personas muestran una mayor felicidad. 

Los centros se bloquean por ciertos alimentos y por vivir una vida más materialista. Están situados en ciertos lugares; y así como hay algunas plantas en las cuevas de las montañas donde no llega el sol ni el aire, y es difícil para las plantas vivir, así están situados los centros de percepción en el cuerpo físico; el cuerpo se nutre de alimentos, pero estos centros permanecen sin ningún alimento. 

Continuará… 

Traducido por Inam Anda 

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