Cuentos : El buscador incansable
Hace mucho tiempo hubo un Shaikh erudito que fue conocido por su apertura a todas las tradiciones. A menudo él decía que entre los sabios, las distinciones y diferencias de la religión no tenían sentido.
En ocasiones sucedía que este Shaikh recibía las visitas de un cierto hombre que buscaba desesperadamente la sabiduría. Cada vez que venía, dejaba el dobladillo de la bata del Shaikh mojado con sus lágrimas, pero por alguna razón que los estudiantes del jeque no podían entender, el maestro no lo aceptaba en su círculo más íntimo.
Un día, después de tal visita, los estudiantes preguntaron al Shaikh, ‘Maestro, este hombre tiene mucha sed de la verdad. Busca constantemente, visitando jeques y derviches y yoguis y sacerdotes y ermitaños y rabinos, buscando lo que calme la agonía de su alma. ¿Por qué no le concede su bendición y lo inicia?’
El maestro se sentó en silencio por un momento, y después contestó, “Lo que sucede es que conceder el bayat es un acto íntimo. De todas las visitas que ustedes describen, este hombre nunca viene solo a mi.”
Traducido por Darfshan Daniela Anda