Hazrat Inayat: Maestría en el mundo
Si eres el patrón de una gran fábrica y todas las máquinas funcionan según tu voluntad – cuando regresas a casa, ¿estás feliz, descansado y apacible? Puedes ser el comandante de todo un ejército, o de toda una nación, o de muchas naciones – cuando estás en casa, ¿estás apacible y feliz? No. Esto nos muestra que otra maestría es necesaria. Un hombre puede ser el jefe de todo un ejército, y si tiene un derrame y parálisis, todo su mando desaparece y no puede hacer nada. Esto nos muestra que este dominio es muy pasajero. Se necesita la maestría del ser. No es más difícil que la otra. Pero tanta voluntad, tantos años que un hombre da para ser patrón de una fábrica, nunca le dará a esto, porque los resultados son mucho menos tangibles. Una fábrica significa mucho dinero mañana. Los resultados de lo otro son mucho más sutiles, mucho menos perceptibles.
La maestría se enseña a aquellos que han nacido para ser maestros, a aquellos que se inclinan por esta vía, mediante el reposo y mediante el control de la actividad que mantiene en movimiento todo en este universo. Es muy difícil obtener esta maestría en el mundo. A cada paso se vuelve más difícil. Pero no puedes huir a las cuevas en las montañas. Debes quedarte donde estás. Si huyeras a vivir en las cuevas de las montañas, las atracciones del mundo te traerían de vuelta nuevamente. El sentido del sabor que ha sido usado para diferentes alimentos y comida sabrosa no estaría satisfecho con hojas y frutas.
Si lees la vida de Shiva, el señor de todos los yoguis, verás que después de un largo, largo tiempo – 60 años de yoga – él fue tentado. Rishi Vishvamitri, luego de cuarenta años de Yoga en la jungla, fue tentado por los justos de Indra, el decreto de cuya corte siempre ha sido el de obstaculizar el avance de la espiritualidad de los raros. Aunque Machandra fue un yogui muy grande, fue tentado y alejado del desierto por Mahila, una reina hindú, que le llevó a su corte, y allí se casó y fue hecho rey, y entre los entornos lisonjeros y los ambientes lujosos perdió todo su gran poder adquirido en el corazón de la naturaleza.
Es más fácil adquirir la maestría en la naturaleza, lejos de todas las tentaciones, pero la maestría que obtienes en el mundo es mucho más valiosa. La primera puede ser afectada por un suave golpe, mientras que la segunda, obtenida entre la multitud, durará para siempre. Esta es muy difícil. Cuando estás pensando en Dios, alguien viene y dice, “No viniste a mi fiesta de cumpleaños ayer. Eso estuvo muy mal. Ahora bien, mañana es la boda de mi hermano y debes venir”. Ahora estás queriendo pensar en Dios y llega el pensamiento, “¿qué regalo debo llevar?” Estas sentado en tu meditación y alguien llega y dice, “Debes venir a la cena en el club. Muchas personas interesantes estarán allí y debes venir”.
El mundo siempre te estará distrayendo porque en cualquier cosa que una persona haga, quiere tener a su amigo con ella. Si apuesta, dirá, “ven, apostaremos, lo disfrutaremos juntos”. Si bebe, dirá, “Vamos, bebe conmigo”. Si va al teatro, dirá: “Ven conmigo. Iremos al teatro. Lo disfrutaremos”. Así el mundo, atareado con sus ocupaciones egoístas y sin importancia, sin duda lo arrastrará a uno hacia él. Esto sólo puede ser superado por la voluntad. Una persona debe tener voluntad, y debe tener confianza en su voluntad.
Reconoces a otro y no a Dios, no reconoces a Dios.
No piensas que lo que sea que venga ante ti
es Dios y nada más que Dios.
Esta idea es representada por los poetas hindús como un nadador nadando contra la corriente. Ellos representan al mundo como bhava sagara, el mar de la vida. Y el nadador en él es el místico que alcanza la perfección nadando contra la marea y llegando finalmente a la orilla de la perfección. En todos nuestros asuntos y ocupaciones deberíamos mantener nuestro pensamiento fijo en Dios. En Italia verás que en cada esquina de la vía hay una estatua o un cuadro de María con Cristo. Está puesto allí para recordarle a las personas que mantengan su pensamiento en Dios. En Rusia he visto en cada casa una imagen de Cristo y María. En India he visto un mercader sentado en su tienda con sus mercancías y su dinero y sus cuentas a su alrededor, y en algún lugar hay una pequeña estatua de un dios o diosa. En los países musulmanes, donde no hay imágenes, ellos llevan a cabo el nimaz cinco veces al día, inclinándose hasta el suelo y repitiendo el nombre de Dios.
Alguien vino una vez donde un amigo de mi Murshid y le dijo, “Cada vez que estoy en mis prácticas y quiero pensar en Dios, miles de pensamientos vienen y no puedo pensar en Él”. Dijo, “¿Por qué es esto?” Dijo: “Porque no puedo controlar mis pensamientos”. Dijo, “Reconoces a otro y no a Dios, no reconoces a Dios. No piensas que lo que sea que venga ante ti, es Dios y nada más que Dios, pero piensas que Dios es sólo Dios y todo lo demás es otro. Pero no sabes que no hay nadie más que Dios. Lo que sea que llegue ante nosotros, deberíamos reconocerlo como Dios. Cualquier pensamiento que llegue, deberíamos decir que no es nada más que Dios. Entonces, en toda nuestra actividad, cualquiera que sea, sólo veremos a Dios”.
Nuestro error es que asumimos la responsabilidad en aras de la responsabilidad, y reconocemos nuestros cuidados y nuestros asuntos, perdiendo el pensamiento de Dios. Los sufís, para despertar en su grupo esta idea, considerando su vida como un viaje hacia la meta espiritual, recitan Hosh bar dam, nazur ba qadam, khilvat dar anjuman*, que significa, “Permite que el aliento sea consciente de Dios en cada ciclo, pon atención a tus pasos y date cuenta de quien camina, manteniendo tus ojos bajos para que el mundo tentador no los atraiga; sólo se consciente de ti entre esta multitud del mundo de la variedad”.
P.: ¿Una vida ocupada en el mundo es un obstáculo o una ayuda en el sendero hacia la perfección espiritual?
R.: La vida en el mundo, que pone a una persona en contacto con todo tipo de personas y asuntos indeseables, hace la espiritualidad más difícil, pero al mismo tiempo, proporciona un examen para la voluntad y la espiritualidad. Puedes ser más espiritual en la cueva de una montaña, en el silencio y la soledad, pero allí nunca serás capaz de probar tu espiritualidad, si es suficientemente fuerte para soportar el contacto con vibraciones opuestas.
Estar preparado para todas las responsabilidades y todas las actividades, tener una familia y amigos y preocupaciones, poner atención a los amigos, servir al amigo y al enemigo, decir a la persona mundana, “Puedo hacer todo lo que tú haces y más de todo lo que haces”, y al mismo tiempo permanecer espiritual, esta es la más grande espiritualidad. Estar sin preocupaciones y ocupaciones puede hacer la espiritualidad más fácil, pero cuando la mente no está ocupada, llegan pensamientos y deseos muy indeseables. Mayormente son aquellos que no tienen trabajo ni ocupación los que llevan una vida indeseable. Aquellos que tienen una ocupación o que tienen un maestro a quien deben complacer, tienen menos oportunidades de seguir lo que no es deseable.
*Del persa: literalmente, ‘mantén tu mente en tu respiración, mantén tu vista en tus pasos, mantén tu soledad en la multitud”.
Traducido por Inam Rodrigo Anda
Muchas gracias, maravilloso como siempre